Hoy amaneció temprano, por culpa del sol que rajó la noche, en realidad no se rajó, se desació sola como si fuera un helado grande, un helado ¡a lo bruto!, es lo que tiene el sol, ¡caliente como el solo! y no hay mina que no se derrita por él. Y eso que la noche es una mina jodida, de pensamientos oscuros, una mina donde no hay Dios que no se trompiecee y produce daños y equivocaciones a veces traumáticas, en la noche todo es distinto, yo una noche conocí una mujer y resultó que no era, la noche tiene esas cosas ¿vio?, pero pa la noche no hay nada mejor que el día para dejar las cosas claras. El sol es más mejor, nos calienta a todos y parejito... parejito, fíjese que todos giramos a su alrededor como si fuéramos un gigantesco grill, a veces me pregunto si será por eso que los viejos estamos más quemados, yo creo que por eso está la ley de la ingravidez, paque duremos más y nos cocinemos más parejo, porque si no estuviera saldríamos todos disparados paya afuera y el sol sería como un mata moscas eléctrico ¿me entiende? ¡madre hostia nos daríamos! aunque pensandolo mejor no llegaríamos, primero nos moríamos de frió y después de calor hasta derretirnos y luego nos esfumaríamos como las promesas electorales, la naturaleza es difícil de entender.
A mi la noche me gusta, será porque nací a la una de la mañana, mi madre se cansó de soportar la ley de la gravedad y dijo ¡fuera! y yo salí a la luz de la oscuridad, no sabía bien donde estaba y no la reconocí, tal vez por eso se enojó tanto y me dio una palmada en el culo que me hizo ver la luz, me puse como loco y aunque no me entendió le dije a los gritos "yo no hice nada ¿por qué me pegas?" y esa frase célebre nos unió muchos años, mi vieja me pegaba todo el tiempo y yo dale a decir lo mismo ¿y yo que hice ¿por qué me pegas?, pero fueron tiempos lindos, los recuerdo con mucho cariño, eso nos mantuvo unidos durante quince años, hasta que mamá cortó el cordón subliminal, pobre vieja, era primeriza y me parió sola, quedarme sin el cordón que me ataba a ella, me hizo sentir desconcertado y solo, una noche, cuando festejábamos mi cumpleaños número cuarenta, me contó lo que había pasado aquel día, parece que le mordí un pezón con una de las muelas del juicio también conocidas como cordales y entonces mi ama dijo basta, cortó el cordón subliminal que es el que lleva el alimento al feto cuando uno está en la bolsa esa, la que está llena de líquido amnésico. Mi madre siempre estuvo pendiente de mis necesidades y me protegió lo suficiente para que no creciera con traumas, por eso aquel día que dejó de darme la teta tan violentamente tuvo un gesto que no puedo olvidar, me dio quinientos pesos argentinos y me dijo cariñosa "toma hijo... vete de putas".
La noche es la ausencia del día, ni lo dude ni menosprecie esta sabiduría, que me llevó años de pensamientos profundos, porque los humanos solemos despreciar rápido, la noche es una cosa oscura que no nos deja ver, pero la luz en abundancia también nos ciega y eso todavía es peor, conozco tipos que de tantas luces que se pegan unos carajasos de la hostia, eso de las luces y las sombras no es para ellos, y ahí están, tan por encima de los demás que tienen que mirar pabajo pa no sentirse solos y de tanto mirar pabajo le duelen las vertebras cerviciales.
Por hoy los voy a dejar, otra noche de luces les sigo escribiendo más brillanteces literarias, que quizás no lo iluminen mucho, pero entretienen un montón, y no se agrande, ni se ponga exquisito, ni se ponga a mirar las faltas de ortografía, ni los términos incorrectos, ni los errores de relato. esto tiene un solo motivo, hacerle compañía y arrancarle una sonrisa y .............¡gratis!
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