Nos cuenta la historia de tiempos donde los faraones, con astucia y decisión, se aprovechaban de los miedos de su pueblo a los dioses y llegaron a la conclusión de que si aunaban en su persona, lo terrestre y lo celestial sería a la vez queridos y temidos, pero por si quedaba alguna duda de su poder terrestre eran los jefes del ejercito, la gente, en su mayoría carente de todo lo esencial eran, con meras diferencias de funciones sociales, eran por simplificarlo esclavos de distintas categorías. El faraón si bien tenía todos los poderes que pueda imaginar, debería dedicarse muchas horas al ejercicio del poder ya que todos los aspectos de la vida del reino se basaban en sus decisiones, incluida la justicia, que siendo caprichosa y dependiente, era equitativa, ya que no tenían empacho a la hora del castigo y no se miraba quien era el condenado, ya que para los faraones, menos ellos, el resto era poca cosa.
La historia nos sigue contando que en el siglo XV, la monarquía y los señores feudales ejercían el mismo poder que los faraones, pero con una leve diferencia con los tiempos de los faraones, ya no eran dioses, ni se los podía comparar con ellos, la religión ya había ganado tanto poder que esa parte de los miedos y el futuro en la otra vida del hombre, les correspondía en su totalidad.
La vida de hoy nos presenta algunos pequeños cambios, insignificantes si tenemos en cuanta que han pasado miles de años, aún hay reyes y las religiones siguen manejando la vida de los hombres, pero todo el trabajo se ha simplificado, excepto raras excepciones, los reyes ya no son lo que eran, pero es innegable que su reinado es mucho más cómodo y gratificante, en España, por ejemplo, la monarquía se deshizo de la fatigosa labor de la justicia y muchas otras tareas que conlleva el gobierno de un país difícil y variado, la llamada monarquía constitucional fue un invento muy bien avenido y se aceptó de buen grado, con este sistema el monarca y su prole y todos los derivados de esa clase social, ya no tienen mucho que hacer, sino de cuidar lo obtenido y si es posible hacerse querer, pasar lo más desapercibidos posibles y mostrar su persona en actos protocolarios, imposición de medallas a héroes populares, cortar alguna cinta de inauguración, en fin, trabajos donde se los relacione con el "bien común", para que esto no deje de suceder, el rey se quedó con el poder de las armas, que como guardarse el as de espadas por si hay que separar cabezas rebeldes. Cosa que a mi me aterroriza porque ya e visto de que lado suelen estar los militares, cosa que podemos seguir viendo en cualquier noticiero. Pero las armas no alcanzan y una Constitución a la carta y que se dice democrática, le guardo a buen recaudo los privilegios y la imposibilidad de ser juzgado, y aquí está un cambio importante en tantos miles de años, los reyes son mas astutos y lograron una gran calidad de vida con poco esfuerzo y descargaron las tareas difíciles en los políticos y los jueces. Esta oportunidad no podía dejarse pasar y los políticos se frotaron las manos, la historia les daba la oportunidad de convertirse en una nueva clase social dominante y se fueron haciendo un lugar, la sociedad estaba divida en sectores claves y ellos eran ahora, junto a la monarquía, la iglesia parte del poder. Ya desde tiempos remotos la molestia de los pícaros fueron los jueces honrados, por lo tanto poco a poco, fueron nombrando jueces afines, poniendo en sus manos tentadoras ofertas de corrupción que muchos no pudieron resistir, como coches oficiales, tarjetas de crédito ilimitadas, acceso a los más altos eventos del poder y mil trucos más que fueran amalgamándolos con ellos, tanto que dependen ahora de un Ministro de Justicia que designan los mismos políticos, por lo tanto los políticos lograron de hecho equiparase al rey que no puede ser juzgado, por derecho adquirido. Los políticos están de parabienes porque lograron ocupar en la sociedad actual a los señores feudales, y aunque son menos violentos que aquellos se adecuan muy bien, ya que la sociedad de hoy, también está compuesta de gente mas ligth, lo de cortar cabezas o azotar a latigazos ya no se utiliza, hay otros medios más civilizados. Hay que reconocer que los políticos pueden ser cualquier cosa pero son inteligentes y eso no se pone en duda, poco a poco hicieron piña con los ricos banqueros y no disgustan ni a la monarquía, ni a la iglesia, ni al los bancos, por lo tanto está garantiza la supervivencia de esa nueva clase social, que es resultona y agradecida, por eso intentan que en ella entren hijos, hermanos, amigos, esposas e incluso los amantes.
El que sigue estando solo es el pueblo, que no parece estar molesto ni cansado de ser el último eslabón de esta cadena, el que recoge las migas que caen de la mesa, el que mira la fiesta desde la acera, el que paga con su trabajo el festín. Ese pueblo es el producto de miles de años de educación en el servilismo, que pasó de los reyes al caudillo casi faraón porque llegó a decirse que lo era "por la gracia de Dios" y en poco aprendizaje de democracia de estas ultimas décadas sigue sin entender que el dinero del país es del pueblo, que la justicia la exige y la impone el pueblo, que así como tiene obligaciones tiene derechos y que es mentira que los políticos se van a encargar de ello, sino se les exige, el pueblo sigue viendo que sus políticos son mejores que los políticos del otro bando y que con votarlos ya está todo hecho, pero no es así, los políticos son como las fieras, se rugen, se tiran unos zarpazos, pero son tigres y como dicen en Venezuela, "tigre no come tigre".
Es muy difícil que cambien las cosas si el pueblo no cambia el modo de pensar, y eso requiere un esfuerzo muy grande de valentía personal, para desprenderse de la vieja mala educación ancestral primero hay que entender que se tiene derecho a ello, que nadie es más que nadie, que lo más ajustado a las necesidades de igualdad se encuadra en una república, palabra que muchos siguen asociando a guerra civil y no a un modo de país.
Mientras no se entienda esto ¿que hacemos con eso de que todos los hombres somos iguales o la justicia es igual para todos?
Supongo que habrá que seguir luchando, tal vez en otros cientos de años, los hombres hayan podido eliminar algunas desigualdades más, porque "el hombre puede... lo que el hombre quiera"
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