Quien lea el título lo puede tomar como una simple opinión de un turista al que no le impresionó sus paisajes, ni su afamada comida, o quizás fue mal atendido, quien lea esto ya tiene una opinión producto de su modo de buscar un resultado con los pocos datos disponibles, y en principio no encontrará nada malo en ello, todo puede gustar o no. Sin embargo si digo que soy gallego...¡ahí ya cambia la cosa! y las opiniones pueden ser de otro talante, pues se comienzan a imponer conceptos aprendidos que producen otros resultados, se pone en juego, por ejemplo, "el amor a la tierra", o la traición a la patria chica, o incluso la falta de amor y respeto a mis antepasados, lo que ya llevaría a otro tipo de pensamientos y opiniones sobre mi persona. (Quienes sigan este blog y el anterior (enelreinodeloslelos), saben que fui muy criticado por poner ese título a un artículo). En principio para la mayoría de gente ya con estos datos alcanza, dos datos, solo dos, que se aplican para casi todo, o de derechas o de izquierdas, o eres mi amigo o mi enemigo, o blanco o negro, y sino me gusta Galicia ya soy anti- gallego, si soy católico soy bienvenido sino mejor que no me arrime, que lejos estoy mejor, y debo dar gracias si no se me convierte en enemigo al instante. Este extremismo es una opción fácil para cerebros cómodos y en principio no estaría tan equivocado si también se aplicara para el bien y el mal, pero ¡ay amigo! aquí aparecen complejas respuestas a un problema de fácil solución y la moral y la educación pueden escorar, y escoran. La mayoría de las veces para el lado del dinero, en este caso el dinero impone otro tipo de pensamientos, y un tramposo hijoputa, si tiene dinero puede ser criticado entre cuatro paredes y admirado en la calle, o admirado dentro y fuera, pero criticado siempre, sin embargo la crítica es menos factible porque el "tanto tienes tanto vales" lo llevan marcado a fuego después de tantos siglos de sumisión ante el amo, que cuando no fue patrón, fue rey, duque, cura, o glorioso caudillo, esa sumisión ante la fascinación del "tener" a cambiado la forma de ser y pensar, arrumbando en un rincón, el valor y el coraje y la premisa de "ser", otra vez dos causas, ser o tener, que se deja de lado por el factor dinero.
Los que leen este blog saben que me gusta reforzar con ejemplos vividos los temas sobre los que escribo y aunque fueron tres casos, solo les relataré uno.
Recuerdo que sobre fines del año ochenta, tuve un enfrentamiento con un gallego de una tribu vecina de allá de la lejana Galicia donde el viento de la miseria amontonó a muchos en Buenos Aires, El hecho de ser inmigrantes no los igualó, no señor, allá se incentivaron las mismas diferencias y se agregó una nueva, "el triunfador y el perdedor", el que lograba hacer dinero, ya era "otro gallego. Yo venía de una etapa perdedora y me tuve que enfrentar con un gallego rico, (es bueno aclarar que a lo sumo era rico en pesos devaluados y nunca en dólares), pero esto no es lo importante de la historia, el caso es que sin saber nadie la verdad, ya se me crucificó y me cayeron culpas y hostias a granel, (aunque debo reconocer que algunas las merecía) sin que nadie de la tribu se haya tomado el trabajo de preguntar, automáticamente logré pasar a engrosar la fila de los "no gratos", no solo de la tribu "enemiga", sino incluso de muchos de mi tribu, que no tuvieron empacho ni miramiento al momento de posicionarse del lado del rico. Esta forma de pensar y actuar es la que lleva a que políticos podridos y repodridos moralmente accedan al poder. La falta de valentía, la adoración a las cosas materiales, el miedo ancestral frente "al señorito terrateniente", el sentirse pobre y esperar las migajas que este desparrame, esos y otros factores hacen que un país, sea un país mediocre.
Y así como dije "no me gusta Galicia", debería decir "no me gusta España" pero no es de hombre que piensa generalizar ni meter a todos en el mismo saco, en Galicia y en España hay otras personas que no se arrodillan a recoger migajas, ni juzgan siempre a favor del señorito y cada vez son más los que intentan cambiar la mentalidad del servilismo por una idea de igualdad, esa "Galicia me gusta", "con esa España sueño".
Porque aunque a muchos le cueste entenderlo, el dinero va viene, y de eso doy fe, lo que no vuelve si se va, ni se compra sino se tiene.. ¡es la hombría!.
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