Hoy me levanté de la cama con cara de pocos amigos, ni el fulano del espejo me resulta más o menos aceptable, es que pasé una mala noche y parece reflejarse en la parpadotis, que tienen un tamaño y peso descomunal, lo que me llevó a pensar en un momento, que a lo mejor no eran los parpados, pero si, eran.
Recuerdo que tuve una pesadilla muy desagradable, como suelen ser todas, pero el problema no fue la pesadilla sino la conclusión a la que llegué al despertar. Se trataba de un tribunal donde yo era el acusado, la gente me abucheaba, otros me arrojaban huevos, otros me exigían a gritos que me fuera al grito de ¡abuelo dimisión!, ¡chorizo! ¡argentino ladrón! ¡gallego tramposo!, ya ven en el sueño me insultaban en ambas nacionalidades, lo que convertía a mi pesadilla en un dolor doble ya que por momentos me veía rodeado de miles de personas en la puerta de Alcalá ...¡abuelo dimisión! ¡corrupto! medio Madrid estaba ahí, acusándome, pero en esas cosas extrañas de los sueños, al mismo tiempo estaba en la Plaza de Mayo, en el balcón de la Casa Rosada y la cosa era peor, más tercermundista, debajo la multitud hervía, las abuelas de plaza Mayo hacían nudos acusadores con sus pañueletas dándome a entender que me iban a retorcer el cogote, un gordo me amenazó con arrojarme su pesado mate de madera, un viejo revoleaba amenazante su bastón de madera dura, fabricado con un poste que se robo de una señal de tráfico, yo pedía a gritos que me dejaran hablar, pero los madrileños estaban enardecidos y no paraban de gritar ¡vete ya!..¡abuelo dimisión! ¡no hay pan para tanto chorizo! y de pronto todo cambiaba y los gritos eran otros..."gallego maricón...puto y comilón" y de prontó sentí un golpe tremendo en la frente, quedé un poco mareado, no entendía que había pasado hasta que vi a mi lado el pesado mate de madera. Entonces en un esfuerzo extraordinario pude gritarle a ambas multitudes "¡Haré una auditoria interna! y les demostraré que soy inocente." Y anoche la hice, en español y en argentino, fue un trabajo arduo, había que revisar de muchos años atrás.
Durante el sueño buscaba y rebuscaba entre los papeles de la memoria y llegue a una triste conclusión, una realidad que solo me puede pasar a mí.
¡Me encontré culpable!
Culpable de malversación de besos y faldas, culpable de mentir amores, de gula, de ocultar a Hacienda los ingresos de las horas extraordinarias, de robarle monedas a mi madre para comprar los primeros cigarrillos, de ser republicano, de reírme de ver como sufre Cristiano Ronaldo y el madridismo con los goles de Messi, de agarrarme a hostias en todos los recreos, de robarle el bocadillo al turco Halil, de tocarle el culo a mi prima el día en que tomé la primera comunión, de hacerle juicio al patrón y además ganarlo, de comernos asado el gallo de riña de Antonio, de llenar el depósito del auto de Pepe Luis con aceite de girasol y hacer que el barrio oliera a papa frita quemadas, en fin, no puedo relatar una auditoria de tantos años, pero ni haciéndola yo mismo quedé bien parado, y eso solo me puede pasar a mí, ahora entiendo porque no fui político.
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