Lo malo de todo esto es que nosotros no haremos nada para ayudar a solucionar esto, ni siquiera pondremos un maldito euro al mes para ayudar a las ONG que si lo intentan, ni dejaremos de comprar marcas de ropa y calzado que sabemos que explotan a niños y personas. Lo que más duele es que la gente aún no entiende que con una decisión basada en los sentimientos de solidaridad y de raíz cristiana puede hacer mucho por evitarlo, como simples consumidores podemos presionar a los esclavistas infantiles, o los que pagan sueldos tan miserables a los mayores que están obligados a que tambien sus hijos trabajen para que el grupo familiar, entre todos, logren obtener un sueldo que debería ganar una sola persona, simplemente no comprando sus productos y diciendo porqué lo hacemos, pero el egoísmo es un pecado mortal, como el hacerse el distraído, el que no se entera, el mirar para otro lado, el ¡a mi que importa!, pues todo sucede allá lejos y como no se trata de nuestros hijos...
Los países donde más trabajo infantil hay, son "casualmente" donde las leyes laborales no existen, o no se cumplen, donde "las reformas laborales" son siempre a favor del capital, y eso no es tan lejano como puede parecer, con un sueldo de pocos euros al mes,... ya lo estaremos viendo, otra vez, en España.
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