En estos días hemos asistido a un agotador bombardeo sobre la posición nacionalista de Grecia, una falsedad calculada por parte de los medios que responden siempre al poder establecido, pero ya vemos como le fue a los helenos cuando dejó su presente y su futuro en manos de los extraños. El nacionalismo de Grecia se vio mal, el de Alemania no.
El nacionalismo a ultranza puede ser una enfermedad tan dañina como el racismo o la xenofóbia, pero usado con sensatez es vital para ganar la guerra diaria entre países e intereses. Hace unos días vimos como la bolsa de China estaba siendo atacada por grandes movimientos de dinero especulativo, legal en nuestro mundo de libre circulación de dinero, pero tan dañino que puede acabar con cualquier bolsa de valores en unas horas...¿y que hizo el gobierno chino? proteger su bolsa con la fuerza que tiene un gobierno, en este caso, nacionalista primero, y detuvo "una sangría legal", nadie se atrevió a criticarlos, simplemente porque se trata de China, claro que si lo hicieran las autoridades venezolanas les iban a caer hostias por todos lados. Vivimos una gran mentira y estamos tan confundidos entre las tendencias tendenciósas y la cruda y verdadera realidad que ya no sabemos que pensar, pues bien, llegado el caso, déjame pensar primero en mi país aunque luego me llamen retrógrado nacionalista. En ese dilema, creo, que está hoy el pueblo griego.
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