miércoles, 7 de enero de 2015

Hoy me llamaron...¡MOJAMÉ!

   Hoy una vez más pude comprobar como el odio cierra las mentes, como seres humanos que son brillantes para algunas cosas, pueden ser tan elementales y con los conocimientos justos para pasar el día en otro tipo de cosas. Comentando la masacre de París entre varios, uno me preguntó ¿y tú que opinas abuelo?, a mal puerto fue por leña, porque yo evitaba dar mi opinión ante la marea de islamofobia que reinaba en la tertulia del café.
-Que me parece normal que suceda-. Fue mi contestación y me quedé viendo como un gorrión se robaba las migas que habían caído de la mesa vecina sobre las baldosas de la terraza del bar.
-¿Como que normal?-. Me contesto uno, a modo de ejecución o al menos una evidente amenaza de ello.
-Si...me parece lógico que suceda, tú no puedes mofarte de la esposa de tu vecino y después no esperar que este reaccione violentamente-.
-Nadie se mofó de nadie... eso se llama libertad de expresión-.
-Bueno, tal vez lo quieras llamar así, yo lo llamo provocación, burlarse de lo que otros consideran sagrado, para mi no es libertad de expresión, yo lo veo como otra cosa...-.
-¿Tu eres islamista o qué?-.
-Ateo, solo eso-.
-No puedo creer lo que estás diciendo-. Y se dedicó sin que nadie se lo pidiera a desempolvar historias muy actuales hace ochocientos años, pero que ya no valen hoy en día. El figura se extasió en un monólogo que justificaba todos los hechos actuales contra el Islam y su pretendido avance para recuperar España y de paso toda Europa.
-¿Entonces es justo que bombardean los USA y sus aliados, hoy a uno y mañana a otro?-.
-Pues claro que sí, esto es una guerra...o ellos o nosotros-. Contestó con la vena del cuello a punto de salirse de su lugar y con la cara pasando del rosa al rojo furia española.
-¿Ni por un momento piensas que esto sea un disfraz de guerra religiosa, pero que solo tenga un fin comercial?-.
Esta vez el monólogo fue interrumpido por los otros y no se escucharon, cada uno dijo lo suyo, a su bola, por un momento los vi a todos como seres sin orejas, solo cuatro bocas como altoparlantes, lanzando palabras al aire. No quedó ni el gorrión...los clientes de las mesas vecinas se acordaron todos juntos que tenían cosas que hacer.
Cuando pararon para respirar yo aproveché el silencio y tiré otra bomba islamista.
-¿Y sino fueron los islamistas? ¿y si fue la ultraderecha francesa que gana mucho con todo esto?-.
Me cayeron de todos colores en un cuarteto de voces agudas y graves y lo menos que me dijeron fue...
-Tú eres un MOJAMÉ-. Así como suena, sin h ni d final y para que suene más fuerte.
Y me lo merezco por poner sobre la mesa preguntas extrañas, es más fácil y mas amigable decir lo que dicen los medios, repetir las consignas y seguir con nuestros odios de siempre...y no es porque yo tuviera alguna certeza de algo, ¡ni idea! solo fueron un par de preguntas basadas en aquello que dice que "la política es más inteligente que los fanatismos". Pues, nada, me volví a casa pensando que habrá que seguir provocando al enemigo y esperar con miedo hasta el próximo atentado y rogar a Dios...¡joder!, yo no tengo ni Dios..., bueno, esperando que la buena suerte evite que no esté en el lugar de la próxima venganza.

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