La misma ambición de las grandes empresas multinacionales, junto a apatía y la ignorancia de los pueblos han logrado que la vida de los hombres cambie radicalmente, lo que conocíamos como un modo de vida ya no será posible. Los jóvenes deberán inventarse otro estilo de vida más controlado y esencial, o sea, valorizar más las mínimas necesidades y dejar de lado lo que le fuimos inculcando. La misma ambición que nos enseñó a depender de muchos artículos y a consumir está llevando a los jóvenes a una encrucijada de prioridades ya que lograr acceder a todo les será imposible. La tendencia mundial de un trabajo siempre temporal los hará pensarse dos veces el contratar algún tipo de crédito a mediano o largo plazo y las entidades bancarias deberán tomar mayores precauciones al momento de concederlos. Por la tanto la sociedad basada en el crédito y el consumo, tiende a desaparecer o al menos a reducirse tanto que en si mismo formará una nueva clase social casi exclusiva. Ayer, el FMI le recomendó a Francia la rebaja de los salarios "principalmente de los obreros no cualificados", está idea es acorde con lo anterior, sueldos bajos a empleados y contratos cortos, lo que hace de esos seres humanos unos sobrevivientes desplazados del crédito y el consumo. Estos factores no son los únicos, los jóvenes de hoy ya tampoco pueden confiar en los sistemas jubilatorios, primero porque les será muy díficil lograr los años de aportes requeridos por los períodos en blanco que pasarán entre un contrato corto y volver a conseguir otro trabajo, además de que la idea del sistema actual nos quiere obligar a contratar jubilaciones privadas y harán todo lo posible para ello, esto genera una nueva indecisión ya que difícilmente se puede confiar en empresas privadas y además a tantos años, cuando ya hasta los gobiernos hacen cosas extrañas que nos quitan el dinero y la fe.
Los jóvenes tendrán que renunciar a muchas cosas de las que hasta hoy creíamos como metas a obtener en una vida triunfal. Deberán volver a los tiempos de nuestros abuelos, cuando trabajaban duro para vivir dignamente y ahorrar moneda a moneda para comprar algo de contado, aunque les llevara años y años de privaciones y sacrificios.
Cuando algunos pensadores dicen que el sistema capitalista va en caída libre, no exageran, solo que su caída puede demorar unos años y rara vez la gente normal ve venir las crisis o los cambios.
Como suelo hacer incluiré un ejemplo personal, hace unos veinte años uno de mis cuñados (alemán) nos visitó en Argentina y de alguna manera se reía de nuestro modo de vida, basado en el trabajo y el ahorro, donde se guardaba el dinero a la vieja usanza, o sea, en cualquier lado menos en un banco, para él la vida se trataba de trabajar y gastar el dinero, sin pensar en el ahorro para la vejez pues sabía que al final del camino el estado le pagaría una jubilación digna para seguir con un buen nivel de vida, pero nosotros ya sabíamos que no se podía confiar en el sistema y que tarde o temprano se derrumbaría, cosa que sucedió en el 2001 con el famoso "corralito", en Alemania tal vez caiga en el 2030, pero caerá, pero los síntomas ya se observan, los jubilados alemanes ya no tienen los ingresos prometidos y cada vez son más los que tienen que apuntarse a mini-jobs para mayores.
Los jóvenes de hoy, si no quieren morir de decepción deberían ir pensando que un "cero Km" ya no es una demostración de triunfo social, ni un móvil de última generación lo hace más valioso como persona, ni la ropa de marca, ni tener una tarjeta de crédito, ni nada de lo que proponga el sistema a través de la publicidad y el lavado de cerebros que persigue.
El mundo está cambiando aunque aún muchos no lo noten y como en todos los órdenes de la vida y la naturaleza, el que no cambia, se extingue.
Jose Trillo Aran.
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