sábado, 3 de agosto de 2013

CANARIAS...¡SI HAY MISERIA QUE NO SE NOTE!


400.000 euros en la Orquesta de Chicago y el pueblo canario pasando hambre



Francisco González Tejera.

Cuando la cultura se encuentra en manos de la oligarquía cipaya es normal que se gasten casi medio millón de euros en una orquesta famosa, para amenizar los conciertos de un festival de música elitista y decadente, programado para el lucimiento sobre la alfombra roja de las damas del abrigo de visón con 35 grados de calor y sus encorvados maridos empresarios, constructores donantes de sobres o politiquillos de la casta de la vergüenza, la misma que está hundiendo al pueblo canario en la miseria y el hambre.
A estos zánganos nos les da vergüenza que en estas islas desafortunadas se batan todos los récords de lo peor de la especie humana: desempleo masivo, fracaso escolar, carencia de alimentos, familias sin ningún tipo de ingresos, más de 30 suicidios mensuales por razones económicas, malnutrición infantil, desahucios, corrupción político-empresarial...
Todo da igual, no importa nada, el caso es seguir mangoneando desde la elite, pisando la cabeza a cientos de miles de personas que sufren penurias para llegar a fin de mes, que no saben qué hacer ante el hambre de sus chiquillos/as, madres que evitan acogerse a las ayudas para que no les quiten a sus hijos/as en los servicios sociales.
Este verdadero drama humanitario no parece sensibilizar al mal llamado Gobierno de Canarias, a sus oscuros próceres del huevo podrido de Coalición Canaria-PSOE. Todo lo contrario, que el pueblo esté sufriendo los motiva, los crece y los hace cometer este nuevo y vergonzoso escarnio, un atentado contra los derechos humanos, que supone traer a las islas nada más y nada menos que a la Orquesta de Chicago, pagada a todo lujo con 400.000 euros de dinero público, aparte de billetes de avión en primera clase, alojamiento, comida y juergas varias para una buena jarca de músicos/as del lujo más esnobista.
Resulta melodramático, muy triste, que se gasten ese dineral de fondos de nuestros impuestos para disfrute de los cuatro ricachones de siempre, los que presumen de cultura musical, cuando en realidad son unos batatas ignorantes, que lo más parecido a la música de Mozart que han escuchado es la decadente música de verbena de los 70. El caso es figurar, mostrar los dientes a lo Pantoja, sonreír aunque no haya motivo entre flases y glamur, rodeados de políticos lameculos buscando prebendas a cambio de recalificaciones, adjudicaciones millonarias y otros asuntillos innombrables de la colonia.
Lo que se podría hacer con 400.000 euros para nuestra gente, cuantos comedores populares, programas sociales, de promoción del empleo, de cultura de base para llevar la música clásica a los barrios empobrecidos, la opera, el teatro, la danza, la literatura popular, y otras artes vetadas para la mayoría del pueblo trabajador.
No les interesa a estos vividores la cultura canaria, nuestro folklore ancestral, la inmensa riqueza de nuestra etnografía, la literatura, la música y el teatro creado sin medios por gente de aquí, olvidados por esta marabunta del elitismo colonial, al servicio de los señores del hormigón y el tan habitual ¿Cómo va lo mío?.
Es lamentable que en unos momentos de tanta tristeza y dolor, con familias enteras pasando hambre, con desmayos infantiles en los colegios canarios por hambre, con gente desesperada que se tira de los puentes, resulta asqueroso que estos sinvergüenzas se gasten este dineral en más cultura elitista para unos pocos, en la misma línea que sus amigos del PP en Las Palmas de Gran Canaria, donde llevan a cabo estos días el “Temudasfest”, un tinglado millonario de teatro y danza a lo grande, donde se malgasta dinero público en unos gravísimos momentos de emergencia social.
Esta es la podrida sensibilidad de la casta política canaria, palanganera y testaferra del pelotazo, que no se cansa de haber mamado durante tantos años de bonanza al amparo del amiguismo más caciquil, chupando el culo de una alta burguesía isleña del cemento, con las manos manchadas de sangre en 40 años de dictadura franquista, escenificando con esta nueva malversación de dignidades y miserias la danza del cisne más siniestra, el vale todo con tal de seguir manteniendo un estatus que roza el surrealismo más negro y suburbial, sustentado en la más absoluta de las maldades.

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