viernes, 4 de septiembre de 2015

Alá y Dios, ausentes sin aviso.

Los fieles al Islam se arrodillan en el suelo y lo besan repetidas veces, durante cuatro ocasiones diarias. Los católicos hacen la señal de la cruz hasta cuando hacen un gol, van a misa y se confiesan, quedan libres de pecados y !vuelta a empezar!,ya tienen otra hoja limpia donde apuntarán los nuevos pecados para no olvidarse de arrepentirse en la confesión. Los judíos se balancean frente al muro de los lamentos y le gastan las letras a la Tora, mientras acaban lentamente con los Palestinos.
Los mahometanos se arrodillan y piden la protección a Alá y este les deja caer desde el cielo sus saludos y parabienes en forma de bombas y misiles. los católicos del mundo votan a gobernantes católicos por aquello de la confianza mutua y afinidad de ideas. En España los del PP son gente de misa casi diaria y aplaudieron a Aznar cuando decretó la guerra a Irak, un país que no había provocado nunca al nuestro, un país que se jacta de pertenecer al primer mundo, de ser un pilar fundamental del catolismo y que le niega un bocado y un lugar a los refugiados.
En USA, la oferta es amplia y desde los predicadores televisivos hasta los brujos afro-americanos, los maestros orientales, las reinas del budú, se puede encontrar de todo. USA es el gran país del consumo y como tal hay dioses de oferta hasta en los supermercados, que para cubrir demandas de última hora, están abiertos las 24 horas durante los 365 días del año. En USA no falta nada, sea de donde sea encontrará un Dios a la medida de sus necesidades, lo que me lleva a pensar en esa les del comercio... "A mayor oferta bajan los precios". ¡Deben estar muy devaluados los dioses en el mundo!, porque es desde yankilandia de donde salen las órdenes para los mercados mundiales, ya sea desde el precio de los cereales como el del mercado de las guerras, de allí salen las calificaciones de cuando un gobierno es bueno o es malo, aunque ese gobierno pertenezca a un país lejano. USA, es quizás el imperio mas grande que haya conocido la humanidad en toda su historia, un poderoso país compuesto de unos seres humanos que son muy difíciles de catalogar para mi, brillantes y emprendedores para muchas cosas y alelados para otras, a veces pienso que deben ser muy inocentes si se creen eso de que sus soldados van por el mundo "sembrando la paz, la libertad y la democracia", otras veces que son los descendientes directos de una escoria llamados "piratas", que abusan de su poder, de la lejanía de su país de los conflictos que crean, o una rara mezcla de idiotez, inocencia y maldad, que agregado al poder que alcanzarón los convierte en peligrosos fanáticos.
Hoy, en el mundo occidental, y nada menos que dos mil años después del invento del catolicismo y unos mil trescientos del Islam la humanidad siguen esperando a sus dioses, o justificándolos sus ausencias, con aquello del libre albedrío que le dió a los humanos, e inteligentes manipuladores, cultos y preparados, siempre aparecen en el momento adecuado y con las palabras exactas para salvaguardar la pulcra labor de los dioses. Mientras tanto en Latinoamerica la gente reza a un santo para que no le falte el trabajo, a otro para que le consiga una buena pareja sentimental, a otro para que le cure las enfermedades y todas las deficicienzas o carencias tienen un santo protector. Mientras tanto millones de niños sufren desnutrición, las violaciones son tan comunes que no merecen ni ser tomadas en cuenta, son tan normales que en muchos países ni siquiera los jueces le prestan atención.
Hoy estamos ante un desastre mayor, en muchos aspectos, a los que produjo la segunda guerra mundial, aunque no se le de la misma importancia porque sucede "allá lejos" y la mayoría son musulmanes...¡qué se encargue Alá! de esos 14 millones de personas que se hacinan y se cobijan donde pueden o donde los dejan. Los millones de muertos de estos últimos años, no son cosa del Dios católico, ni de Buda, ni de Brahma, ni de los tele-predicadores. Pero Alá no está... se borró sin aviso. Alá y todos los demás...
José Trillo Aran



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