AFECO
Asociación de Familiares de Ejecutados en el Cementerio de Ocaña
La Herencia Franquista !!Presente!!
Marcel Félix de San Andrés Sánchez
Con
anterioridad al 22M, aunque esporádicamente, España vivía hechos que rayaban los
límites de lo que en países de nuestro entorno está tipificado como delito de
“negacionismo”. Revisar la historia para justificar el nazismo está penalizado
en Alemania, Austria, Bélgica, Suiza,
Lichtenstein,
Países
Bajos... Este verano y tras el traspaso de poder en varias
comunidades autónomas los hechos se han multiplicado y la línea roja se ha
traspasado.
La
actitud de los ediles populares ha pasado de oponerse a la condena del
franquismo a directamente recuperar su simbología y día tras día asistimos a la
celebración de actos claramente franquistas y al renombrado de calles para José
Antonio Primo de Rivera y militares golpistas. No son hechos aislados, es la
consecuencia de una herencia que aún está muy presente.
Altos
cargos del Gobierno y del Partido Popular poseen apellidos más que venerados por
los defensores de Franco, por no hablar de los que ocuparon puestos
institucionales de gran relevancia en la dictadura y los han ocupado en la
gobernación actual, que “haberlos, hailos”, como dicen en Galicia, pues allí
mandaba quien fuera ministro de Franco, Manuel
Fraga Iribarne.
El apellido Fraga es un ingrediente básico en la salsa del PP, más aún al unirse
al de Robles,
cuando Elisa Fraga Iribarne se casó con Carlos Robles Piquer,
otro franquista de elite. De esta unión salieron dos nombres importantes del
organigrama popular, ya sea de gobierno o de partido: el de José
María Robles Fraga y el de su hermana Elisa. Ambos ocuparon distintos puestos de
responsabilidad hasta 2004.
La saga gallega se completa con el ex ministro Romay Beccaría y Álvaro Lapuerta,
ex tesorero nacional de PP.
A
nadie debe extrañar la larga lista de nombres populares vinculados al viejo
régimen si se tiene en cuenta que al propio José
María Aznar le viene el apellido de cercanos colaboradores de
Franco.
Su abuelo Manuel
Aznar Zubigaray fue catalogado como
el “periodista del régimen” y su padre, Manuel Aznar Acedo, también ocupó
puestos relevantes en la radio y la televisión franquista. Por
buena parte de los ex ministros de Aznar planea la sombra del dictador.
Así
ocurre con el ex ministro portavoz, Pío
Cabanillas,
hijo de Pío
Cabanillas Gallas;
Josep Piqué, ex ministro de Asuntos Exteriores, hijo de Josep Piqué, el último
alcalde franquista de Vilanova i la Geltru; Jesús
Posada, ex ministro de Administraciones Públicas,
hijo del que fuera gobernador civil de Soria con Franco. Quizá quien más peso
franquista lleve en su apellido es Federico Trillo que tuvo en su padre a un
importante y variado colaborador del dictador en la región de Murcia.
El
apellido Oreja es otro de los grandes del PP con pasado franquista.
Jaime
Mayor Oreja
y su
hermano Carlos, ex consejero de Educación del Gobierno de la Comunidad de
Madrid, son sobrinos del que fuera subsecretario del Ministerio de Información y
Turismo, Marcelino Oreja Aguirre.
Sin duda, una de las mayores redes de descendencia franquista es la que ha
creado el apellido Fernández-Miranda.
Enrique Fernández-Miranda Lozana es
hijo de Torcuato Fernández-Miranda y Hevia, quien,
además, le prestó otros retoños al franquismo y al PP, pues sus sobrinos Manuel
y Alfonso ocuparon
cargos con Franco y con el primer Gobierno Aznar.
También
la ex ministra de Justicia Margarita Mariscal de Gante goza
de pasado franquista ya que es hija del que fuera juez del Tribunal de Orden
Público, Jaime Mariscal de Gante. El suma y sigue de los hijos del franquismo
pasa por Juan Chozas emparentado con Chozas
Bermúdez,
Gabriel Elorriaga hijo
de Gabriel Elorriaga Fernández y Gustavo de Arístegui San
Román,
que tiene antecedentes franquistas por parte de padre y tío.
También
Víctor Torre de Silva y López de Letona
ex subsecretario del Ministerio de Defensa cuenta con un apellido de gran
sonoridad franquista: es nieto de José María López de
Letona,
que fue ministro de Industria.Otro
apellido con pedigrí es Calvo Sotelo. Los hijos del ex presidente Leopoldo
Calvo-Sotelo también ostentaron cargos en el primer Gobierno Aznar.
Leopoldo,
fue subsecretario de Estado del Ministerio de Interior y Víctor ocupó el mismo
cargo en el Ministerio de Fomento. No puede quedar en olvido el apellido
Fernández-Cuesta
del que fuera secretario de Estado de Energía del primer Gobierno Aznar,
Nemesio
Fernández-Cuesta.
El susodicho es hijo de Nemesio Fernández-Cuesta y nieto del fundador, junto a
José Antonio Primo de Rivera, de Falange Española,
Raimundo Fernández-Cuesta.
En
la lista de ex altos cargos del primer Gobierno Aznar que descienden de
franquistas de pro, si es que no lo fueron ellos mismos, están
Abel
Matutes, Rafael Arias-Salgado,
Fernando Arias-Salgado, Mónica Ridruejo, Enrique
Giménez-Reyna,
ex secretario de Estado de Hacienda, cargo del que dimitió por ser el
protagonista del mayor escándalo financiero del Gobierno popular, el caso
Gescartera. En
el nivel autonómico también abundan los retoños franquistas, como
Julia García-Valdecasas, ex delegada del Gobierno en Cataluña,
hija
de Francisco García-Valdecasas,
conocido por su actuación represiva en la universidad de Barcelona. Otro hijo
del franquismo es el ex presidente de la Diputación de Castellón,
Carlos Fabra,
cuyos padre y abuelo ocuparon destacados cargos bajo el mandato de
Franco.
También
es conocida en Canarias la tradición franquista de la familia de
los Jorge, cuyos miembros pertenecen al núcleo duro del partido
popular.Con
tan abundante herencia no son de extrañar los ataques a la Ley de Memoria
Histórica y sus indisimulados incumplimientos. En 2002, el PP condena en el
Congreso la represión de la dictadura pero no condena la dictadura de Franco. El
truco pretendía legitimar el golpe fascista contra la 2ª República y fue
recogido así por la prensa internacional, incluido el conservador Financial
Times que acusó al PP de no romper vínculos con la dictadura. Otro
episodio sonrojante fue el vivido el 4 de julio de 2006 en el Parlamento
Europeo.
Aquel
día, todos los parlamentarios, salvo los del PP y dos polacos, ambos de extrema
derecha, condenaron el franquismo.Han
sido múltiples las ocasiones en las que políticos del PP, concejales, alcaldes,
o presidentes de comunidades autónomas se han negado a condenar la dictadura o
retirar medallas, honores, o simbología de la dictadura fascista. La excusa más
común a la que suelen recurrir es que “forma parte de la historia, como la
invasión romana”.
Ejemplos
tenemos en Sada, Granollers, Reus, Mallorca, Elche, donde el PP se abstuvo o
votó en contra. En Pamplona, la medalla fue retirada en
2007 con la abstención de UPN, el PP Navarro. Una concejal fascista de UPN
amenazó con la siguiente frase a quienes votaron a favor:
“tened
cuidado que el pasado siempre vuelve”. En Castellón, la diputación
presidida por Carlos Fabra financió un
libro que exalta la dictadura franquista y califica de golpe de Estado la
victoria democrática del Frente Popular
en
las elecciones de 1936. El pleno de la Diputación de Alicante rechazó con los
votos del PP una moción socialista en la que se pedía retirar el nombramiento de
hijo adoptivo y predilecto de la provincia al general Francisco
Franco.En
1997 a alguien se le ocurrió destinar casi 1.000 millones de pesetas del erario
público a la creación de propaganda de lujo.
La
idea plasmada en las biografías elaboradas por la Real Academia de la Historia
de negar el carácter fascista y dictatorial del régimen de Franco y separar al
franquismo del totalitarismo coincide con las denuncias al movimiento
revisionista de la Historia que intentó impulsar Esperanza Aguirre cuando
desempeñó la labor de Ministra de Educación y Cultura.
En la segunda legislatura de Aznar, ya con mayoría absoluta, el disfraz de
“centrista” no era necesario y el PP agradeció a los ultraderechistas
su voto útil subvencionando a la Fundación Francisco Franco. La excusa fue que
había que modernizar los archivos y estos eran de consulta pública.
Lo
cierto es que los historiadores tienen vetado el acceso a dichos archivos salvo
que sigan la línea ideológica de Pío Moa. Actual
y sonada ha sido la actuación de la alcaldesa popular
de
San Sebastián de los Ballesteros, en Córdoba, quien se negó en
rotundo a inaugurar un monolito a los fusilados del franquismo en el cementerio municipal y que estaba comprometido
por la anterior corporación. También han levantado mucha polémica los incidentes
ocurridos en Poyales del Hoyo, en Ávila, donde el
alcalde conservador desmanteló un mausoleo en recuerdo de varias víctimas de
fusilamientos para después arrojar
los cuerpos a una fosa común.
Esta actuación provocó una manifestación en la plaza
del pueblo, convocada por asociaciones de memoria histórica, y que acabó con
altercados con los vecinos. En Valladolid, el pasado 23 de julio, más de
sesenta mil personas, en su mayoría falangistas, estuvieron presentes en la
inauguración del monumento homenaje a Onésimo Redondo sobre el alto del cerro de
San Cristóbal, a cinco kilómetros del centro de la capital
provincial.
Una
herida profunda a las víctimas del franquismo la abrió José Bono, presidente del
Congreso de los Diputados, al leer la declaración
del Congreso al cumplirse 75 años del inicio de la Guerra Civil. No sólo rehusó condenar el régimen y el golpe de
Estado de 1936, tampoco diferenció entre vencidos y vencedores y no tuvo un
recuerdo especial a los que defendieron la legalidad de la Segunda
República.En
Castilla La Mancha no somos la excepción y vivimos también el resurgir del
franquismo. Contamos con un Partido Popular especialmente tolerante con la
simbología y los personajes relacionados con la dictadura, muy refractario a
cambiar nombres de calles de sus héroes patrios y raudos para recuperar las que
se perdieron con gobiernos de izquierda.
Estos
días andan envalentonados con la victoria de Cospedal, campan a sus anchas y se
atreven con todo. Ejemplo de ello es el Ayuntamiento de Mota del Cuervo que va a
reponer la Cruz de los Caídos situada frente a la iglesia parroquial de San
Miguel y mantendrá otra en el cementerio. Todo ello después de que el Tribunal
Superior de Justicia de Castilla-La Mancha haya aceptado la petición presentada
por el nuevo alcalde del PP, de desistir en este procedimiento y se haya
archivado la causa.
Así
se pone fin a un proceso que se inició en el año 2008 cuando se decidió retirar
estos símbolos en cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. Una decisión
que contó con los votos de los ediles de IU y PSOE y por la que el anterior
alcalde recibió amenazas de muerte.Mucho
más atrevido ha sido el acto organizado por el Ayuntamiento de Méntrida,
gobernado por el PP, el pasado 7 de septiembre, con la participación del
Ejército y que ha sido muy criticado por el Foro por la Memoria e Izquierda
Unida. Según la información que difundió el propio ayuntamiento, el programa de
sus fiestas patronales incluía un Homenaje a la bandera y a los caídos por Dios
y por España. IU consideró dicho acto como anticonstitucional y pidió su
anulación al ayuntamiento y a la subdelegación del Gobierno.
El
Foro por la Memoria solicitó a la ministra de Defensa, Carme Chacón, que evitara
la participación del Ejército en dicho acto. Ni una cosa ni otra, el acto se
desarrolló según lo previsto aunque su alcalde, José Sánchez, pidió públicas
disculpas por lo que según él había sido un error. La solución salomónica fue
eliminar la palabra “dios” de la cartelería del acto. Rozando
el esperpento se sitúa el alcalde popular de Villamayor de Calatrava. Juan
Antonio Callejas ha decidido cambiar el nombre a las calles Tierno Galván, Pablo
Iglesias y Pablo Neruda porque, según él, son personajes poco conocidos y que
nada han hecho por su pueblo. Ser noticia parece no importarles. Solo así se
entiende que el alcalde de Horcajo de Santiago (Cuenca), también del PP, haya
decidido recuperar una calle para José Antonio Primo de Rivera y quitársela al
que fuera alcalde republicano, Pedro López Brea.
La
simbología franquista, así como los hijos del franquismo están muy presentes hoy
día en nuestros pueblos. En Carrascosa del Campo (Cuenca) son archiconocidas las
banderolas con símbolos fascistas que se instalan en las calles del municipio
con motivo de las fiestas patronales. En la capital regional circula el boca a
boca de la guía turística fascista y en Ciudad Real sobrevive un poblado de
colonización que rinde honores al “caudillo”. Se llama Llanos y su cartel es
bien visible en la autovía de Andalucía. Castilla La Mancha no es una excepción,
el pasado franquista vuelve para quedarse, al menos mientras gobierne el
PP.Es
preocupante que amplios sectores de la derecha española se hayan lanzado a
repetir los argumentos franquistas para la legitimación del levantamiento
militar.
No es
rara esa posición del PP si tenemos en cuenta de quienes son herederos directos.
Buen número de hijos del franquismo han ocupado y ocupan puestos relevantes en
la política nacional. La lista es larga y aquí solo citamos los nombres más
conocidos.Publicado
en Crónica Popular
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