sábado, 5 de abril de 2014

Un castillo de naipes.

   Cuando se lucha por la igualdad, por el respeto a las diferencias culturales, porque se reconozcan los valores universales básicos para los individuos, se enfrenta a una ardua tarea de equilibrio y paciencia, es como hacer un castillo de naipes pero donde las barajas son personas, pueblos, países y razas y despues de tanto luchar, alguien mueve la mesa y todo se derrumba. Entonces nos puede ganar la desilución y no dan ganas de continuar, aún sabiendo que vale la pena seguir adelante con ese esfuerzo inconmensurable, titánico, frustrante y desgarrador. En estos días sucedieron en España tres casos de una lamentable gravedad que para la mayoría de los ciudadanos pasa, como pasa el viento o las estaciones, como si fueran hechos naturales, un ciclo más. La monarquía se beneficia con una nueva tanda de aforados, esta vez la reina y los príncipes de Asturias, y parece que a nadie le interesa mucho ni encuentran en ello, ninguna rareza. Para los que luchamos por la igualdad fue un golpe duro. En Cataluña el político Jordi Puyol no tuvo empachos en proclamar su clasismo y xenofóbia. Y para recalcar que en España lo de "la ley es igual para todos" es una burla total, la señora Esperanza Aguirre, se burla de la policía que le quiere poner una multa de tráfico y se larga en su auto, tumbando la moto de un policía en su huida a su guarida, luego, ante los medios de comunicación intenta engañar a la ciudadanía culpando a los agentes de tráfico...¡ y no pasa nada!. En España hace tiempo ¡que no pasa nada! pero no hay que confundirse, siempre hay una calma antes de la llegada de tormenta. Por esos caprichosos mandatos de la memoria, no se porque esta situación me recuerda de mis años de vida en Argentina cuando veía como muchas personas iban con sus autos, su mesita plegable y sus sillas, a tomar mate al borde de las rutas a la entrada de las ciudades, mas precisamente en la ruta dos en el barrio de La Florida donde viví tantos años, este barrio está a la entrada de la ciudad de Mar del Plata, allí a la sombra de los eucaliptos, pinos y aromos que bordean la carretera, la gente instalaba sus bártulos y pasaban la tarde de sol tomando mate y mirando pasar las autos, como quien mira pasar la vida y al ver llegar algún cochazo tipo Ferrari o Mercedes de última generación se hacían comentarios de admiración, incluso e visto aplaudir a unos cuantos al paso de una máquina de alta gama. El pueblo español me recuerda a esos "materos"sorbiendo la amargura de esa infusión popular y viendo pasar los cochazos de otros, fascinados y sin preocuparse de que esos coches lo paguemos entre todos, que quizás ese indiferente y orgulloso chofer es un corrupto de mucho cuidado, un corrupto o algo peor. Estamos viendo pasar frente a nuestras narices, raudos y libres, casos como el de Urdangarín, los ERE de Andalucia, Pockemon, Gürtel, estafas como "las preferentes", Blesa y tantos etc. etc. que no alcanzaría toda esta página para escribirlos...¡y no pasa nada! España era un castillo de naipes y como tal se derrumbó, ahora se intenta reconstruirla con las mismas cartas marcadas y sobre una mesa inestable por falta de la firmeza que otorgan los valores...¡y no pasa nada!

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