domingo, 6 de mayo de 2018

¿El mundo está al reves o yo estoy como una cabra?

Estamos asistiendo a situaciones que siendo insoportables, ridículas y vergonzosas, se van haciendo normales y casi aceptadas por las mayorías.
Los sacerdotes católicos son consejeros de sexualidad, familia y moral. De las dos primeras, supuestamente carecen de experiencia alguna y de la última me quedan grandes dudas, porque viendo lo que han hecho a través de la historia, dificilmente hoy sean mejores. De hecho y sin lugar a dudas, mi opinión es que solo han cambiado los modos, pero el fin sigue siendo el mismo, ¡dinero y poder!.
Pero dejaré a un lado a las religiones (y lo escribo en plural porque todas persiguen los mismo) y apuntaré mis flechas hacía otro fraude de primera magnitud, el mal uso de la palabra democracia, un término que define el poder del pueblo y su libertad de elegir está tan puteada que la usa hasta el rey de España y le cuenta al pueblo, sin ruborizarse, que el también la protege. Un monarquía impuesta a dedo por un dictador, que se ufana de estar insertada en una democracia.¡El colmo de la hipocresía!, pero de indudable rentabilidad para ese señor y toda su prole.
¿El mundo está al reves o yo estoy como una cabra?. Empiezo a dudar de mis razonamientos y a lo mejor mis conclusiones son una estupidez, al fin y al cabo, ningún estúpido cree que lo es.
Escuchamos a D.Trump y otros de su calaña, lanzando mensajes de paz mundial, mientras sus países son fabricantes de armas, guerras, muerte, mutilaciones, destrucciones, terrorismo y otros "daños colaterales"... claro que a lo mejor desde su modo de pensar, estas aberraciones tienen su lógica pacifista, pues me recuerda a un amigo de Buenos Aires, que una tarde agobiante de verano, me dijo..."vamos a charlar y tomar unos mates en el cementerio...ahí...¡hay un paz!".
Siempre dicen que la experiencia de vida es un grado, una titulación en la universidad de la vida, pues yo debo haber pasado todo este montón de años que acarreo en el cuerpo repitiendo la primaria, porque sigo sin entender y cada vez tengo menos certezas.
Sigo sin entender como tantas personas en el mundo, están calmadas, como aceptan sin chistar, como creen que todo es normal, como votan o apoyan, como se resignan a estos frecuentes engaños, y siguen escuchando las hipocresías de las religiones, y a líderes asesinos que hablan de paz, y a reyes "democráticos".
¿Nunca se preguntan si no están como una cabra joven?... sería bueno que algunos lo reconocieran, así, al menos, no me sentiría tan solo en este corral.
José Trillo Aran.

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