sábado, 6 de diciembre de 2014

El gobierno de Argentina tenía razón.

El expresidente de Bankia Rodrigo Rato entra en un coche a su salida de la Audiencia Nacional. Kiko Huesca (EFE)
 
Aún recuerdo cuando todos los medios españoles se despachaban a gusto defendiendo la insuperable labor de este señor en el FMI ante las denuncias de Argentina por su labor de director. Fue en aquellos momentos una catarata de patriotismo hispano contra esos gobernantes "tercermundistas y populistas", burlas y desprestigio, a diario, los artículos en contra de ese país unió a todos los medios, todos a una salieron a defender la honestidad y capacidad de este impresentable que no dudó en estafar a la gente con la entrada de Bankia en la bolsa, a un precio por acción de 3,75 cada una, cuando en realidad, no tenían valor alguno. Pero no lo hizo solo, para ello contó con la importante ayuda del banco de España, CNV y los políticos de turno de varios partidos políticos e incluso con la distracción de los delegados de la UGT y CCOO y la central de empresarios madrileños. Y aún falta destapar a fondo la estafa más baja, rastrera e inhumana que fue el ofrecimiento de unos "bonos preferentes" que nunca darían ganancia ¡y eso lo sabía muy bien!, él y todos sus cómplices, con esta operación se les robó, así como lo lee, se les robó los ahorros a decenas de miles de personas mayores que ni siquiera sabían lo que firmaban, pero fue de tal tamaño el "apriete" a los clientes que solo les faltó ponerle una pistola en la cabeza a los inocentes crédulos y confiados clientes de toda la vida. Y lo sé porque a mi me acosaron hasta el hartazgo, e incluso dejaron de saludarme los empleados de la sucursal donde tenía mis cuentas, porque no las quise aceptar...¡y ellos se perdían la comisión!, porque eso es algo que no se sabe, pero los empleados cobraban, además de su sueldo, una comisión extra por vender esos bonos basura. 
Duele decirlo pero como país España está podrida de raíz, y/o, se produce una limpieza general a fondo, o esto nos llevaba a un caos de difícil pronóstico.
José Trillo Aran
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El expresidente de Bankia Rodrigo Rato entra en un coche a su salida de la Audiencia.


Rodrigo Rato fue en su día un hombre muy poderoso: entre 1996 y 2012 fue, entre otras cosas, vicepresidente económico en los gobiernos de José María Aznar, director gerente del FMI y presidente de Bankia. El mundo empresarial y económico se rendía su paso. Hoy, apenas dos años después de dejar Bankia, el otrora gran preboste del PP se ha convertido en poco menos que un apestado con bastantes posibilidades de acabar en prisión en un futuro no muy lejano.
El informe que dos peritos del Banco de España han elaborado para el juez Fernando Andreu, instructor del caso Bankia —en el que Rato ya estaba imputado—, sobre las cuentas de la entidad en 2011 le acerca aún más al banquillo. Dicho informe, hecho público el jueves, dictamina que "los estados financieros del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, incluidos en el folleto de la emisión de acciones del banco no expresaban la imagen fiel de la entidad". Traducido a un lenguaje más llano: el informe acusa a Rato y su equipo de maquillar las cuentas de la entidad hoy nacionalizada con vistas a su salida a Bolsa .
La clave para dirimir el futuro judicial de Rato es determinar si tuvo intención de engañar. Él asegura que no, que "nunca hubo intención o posibilidad de engañar", que tanto él como el resto de directivos de la entidad estaban "absolutamente controlados" por el Banco de España y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El viernes Rato escabulló su responsabilidad al recordar que por una parte el Banco de España supervisó el proceso de fusión y, por otra, la CNMV controló la salida a Bolsa, "siempre con uno o varios auditores".
No piensan lo mismo los peritos del Banco de España. En su informe dejan poco margen para la duda y señalan: "Según la documentación examinada, no puede alegarse desconocimiento, porque Bankia tenía la información necesaria, o estaba a su alcance conseguirla, para establecer la correcta valoración de los activos".
Tampoco albergan dudas algunos de los querellantes que ejercen la acusación popular en el caso. El colectivo 15MpaRato, cuya denuncia inició el proceso contra el expresidente de Bankia, es contundente: habla abiertamente de "falsificación" de las cuentas de 2011 y acusa a Rato y al equipo directivo de "ocultar que la sociedad estaba quebrada" cuando empezó a cotizar en Bolsa en julio de 2011.
"Las cuentas fueron manipuladas para facilitar la venta de las acciones", denuncia uno de los querellantes
El colectivo 15MpaRato ve el informe pericial del Banco de España como la confirmación a su tesis de que Rato cometió un delito, falsear las cuentas en el momento de salir a Bolsa, que puede acarrear hasta seis años de cárcel, según recoge el artículo 282 bis del Código Penal. "Rato y sus cómplices lo sabían y lo ocultaron", señalan desde 15MpaRato.
"Lo de Bankia es un fraude masivo", puntualiza Fernando Herrero, portavoz de Adicae, otro de los querellantes en la causa, y que representa a pequeños accionistas y afectados por las preferentes. "El informe del Banco de España confirma lo que ya sabíamos, que las cuentas fueron manipuladas para facilitar la venta de las acciones", añade el portavoz de Adicae.
El fraude en la salida a Bolsa de Bankia además de masivo fue millonario: "Sólo en el tramo minorista, el de los particulares se vendieron 500 millones de acciones; en el tramo institucional fueron otros 329 millones de acciones", cuantifica Herrero. El precio de salida de las acciones de Bankia fue de 3,75 euros por acción. El cálculo es sencillo: 1.875 millones de euros de perjuicio para los inversores de a pie, ciudadanos corrientes que se fiaron de lo que les contaba Rodrigo Rato. En el conjunto de accionistas, "el quebranto patrimonial por la salida a Bolsa supera los 3.000 millones de euros", según recuerda economista Carlos Sánchez Mato, de la Plataforma por una Banca Pública. Si se cuenta la permuta de acciones de la entidad por preferentes, el perjuicio es aún mayor según 15MpaRato.
Como concluye Pedro Montes, un economista que trabajó mucho años en el Banco de España, "la oferta pública de acciones de Bankia en 2011 se basó en información que ahora se ve que es falsa y supuso una trampa para los ciudadanos y el mercado con el fin de conseguir fondos para la entidad".
"Sólo en el tramo minorista, el de los particulares, se vendieron 500 millones de acciones", recuerdan desde Adicae
Pero en esta historia hay una segunda derivada: Rato no es el único culpable. En ese sentido, tanto 15MpaRato como Adicae apuntan al propio Banco de España y al que entonces era su gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordoñez. También está en el ojo del huracán la CNMV y Deloitte, la empresa auditora que certificó que Bankia había ganado 309 millones de euros en 2011 cuando en realidad había perdido más de 3.000. "Todas estas instituciones se han convertido en cómplices necesarios de la estafa de Bankia y sus responsables deberían ser imputados", dicen desde el 15MpaRato.
"El informe reparte responsabilidades. Tiene mucho que explicar la auditora Deloitte. Por eso desde Adicae pedimos la imputación de Francisco Celma, socio de Deloitte, y de la propia auditora como tal", añade Herrero.
Tampoco José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia nombrado por el FROB, sale bien parado: el informe del Banco de España atribuye a Goirigolzarri la misma mala práctica que a Rato, no recoger "la imagen fiel" de la verdadera situación del banco. Los peritos creen que el actual presidente y su equipo reformularon mal las cuentas de 2011 pese a declarar unas pérdidas de 2.939 millones de euros. Para los colectivos querellantes Goirigolzarri también debe ser imputado y explicar su actuación.

Recuperar el dinero

Lo que parece claro es que el informe conocido el pasado jueves abre las puertas a que aquellos que compraron acciones de Bankia puedan recuperar su dinero. Si lo establece así un tribunal, no sería Rato quién pagase: si se demuestra que mintió y ocultó información, acabará en la cárcel, pero sería la todavía nacionalizada Bankia quien debería asumir la responsabilidad civil y reembolsar el dinero. Es decir, a día de hoy el Estado sería el que tendría que pagar, aunque es cierto que aún queda mucho proceso por delante y para entonces pueden haber cambiado las cosas.
En cualquier caso, lo que demuestra este caso es algo que Pedro Montes tiene muy claro: "Es muy grave lo que está ocurriendo en el sistema financiero español, donde se han producido estafas financieras". El caso Bankia debería servir de lección, actuar como purgante del sistema, pero Carlos Sánchez Mato apunta que no es así, sino todo lo contrario: este economista denuncia que Goirigolzarri ha seguido maquillando las cuentas en 2012 y 2013 reduciendo provisiones, aumentando la exposición de los activos de Bankia y malvendiendo otros, entre otras cosas. La conclusión de Sánchez Mato no puede ser más desalentadora: "No hemos aprendido nada, pero de eso nos daremos cuenta dentro de unos años".

 

 

 

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