martes, 16 de diciembre de 2014

No queremos más extraños...

   Creo que estamos perdiendo el norte, o al menos estamos dejando de ver la realidad y eso es malo en todos los aspectos de nuestra vida. Algunos seres humanos se suelen refugiar en una realidad fabricada a la medida, se inventan un mundo yupi y lejano y buscan que en él solo ingresen los afines, se cobijan en medios de comunicación que les cuentan lo que quieren escuchar, aceptan unos "te quiero" falsos o rutinarios, esquivan los barrios pobres, niegan las verdades por muy ciertas que sean, compran revistas donde todos son bonitos y famosos, ricos y muy buenas personas, y por un rato se incluyen en ese mundo. Y no los juzgo, cada uno sabe cuales son sueños frustrados o sus consuelos, su nivel de resistencia o su valentía personal, pero si hay alguna verdad es que esta es tozuda y por mucho que se la quiera ocultar o ignorar siempre aparece y con más vigor. como seres humanos aprendimos a manejar mucho mejor la hipocresía que la solidaridad, y hay reside, a mi modo de ver el gran fracaso. Somos hipócritas hasta con nosotros mismos.
Leo en un diario alemán ( o más bien debería decir, escucho, pues me lo traducen) que salió a la calle una manifestación de muchos miles de ciudadanos protestando contra el "exceso de refugiados de los países árabes". Esto que sucede en Alemania lo podemos ver en muchos otros lugares de la UE, hoy aquí mañana allí, y me nace una pregunta ¿salieron a la calle para que Alemania no apoye esas guerras?, porque las guerras provocan horror y es muy humano escapar de ellas. Ayer fuimos testigos de como el mundo se enteraba que un loco tomaba rehenes en un café-bar de Australía y asistimos con nervios y curiosidad esperando el final de esa historia, (que suelen terminar siempre igual), sin embargo hoy ni nos fijamos en un titular del diario El País que dice "EEUU e Israel se niegan a firmar la paz en el 2016". No queremos refugiados ni que salten vallas, no aceptamos las venganzas de un loco en un bar, no queremos que la gente cambie de lugar ni siquiera para salvar su vida, o que intenten mejorarla, si queremos bombardear países, estamos en todas las coaliciones, como lo está Australia, hacemos negocios arrasando ciudades y países completos,  matando, mutilando y creando locos de todo tipo, asistimos sin inmutarnos a leer como quien mira el pronóstico del tiempo titulares e informes de la ONU que nos cuentan que hoy hay más refugiados que en la segunda guerra mundial.
Creemos o queremos creer que los 425 soldados que envió España en estos días a Afganistán, van a cumplir "labores humanitarias", pero... como lloraremos si un taliban nos monta un atentado en casa, casualmente en Australia también les dicen que sus soldados van en misiones de paz, y en EEUU son tan inocentes que gran parte de la población se creen eso de que van a sembrar la democracía y la paz. Esto es tán elemental como fomentar el uso de las armas y luego lamentarse porque un chaval tira tiros a lo tonto en una escuela. Y esto nos está pasando todo el tiempo.
Por suerte en Alemania otros miles de personas salieron a las calles para contrarrestar a esa manifestación y darnos la ilusión de que todavía hay una parte de la sociedad cuerda. En latinoamérica muchos gobiernos permiten que grandes multinacionales de la alimentación o madereras o de la minería, expulsen ¡como sea! a campesinos que ocupan esas tierras desde siempre, después la misma gente de ses país, que no se quiere enterar de lo que pasa, pone el grito en cielo al ver como esos campesinos engrosan las villas miserias, las favelas, los cerros, y los acusan de producir inseguridad social, ¿a ellos que vieron, como les quemaban sus casas y cosechas, o violaban a sus hijas, o como mataban a los suyos que oponían resistencia? ¿a esas personas les vas a pedir que se comporten como buenos ciudadanos?. ¿Con qué derecho le puedes pedir a un "terrorista" que no siembre el terror de la venganza después de ver como le llueven bombas sobre su casa, su barrio y su país?
Si nos concienciamos de que tenemos que ser coherentes y opononernos a esas invasiones, sea cual sea, al menos, después tengamos el valor de no quejarnos. Seamos sinceros, y no nos cobijemos en que nuestros muertos son buenos y los de los otros no. Dejemos de lado la hipocresía, todo lo que podamos, de lo contrario seguiremos conformandonos con un "te quiero" por costumbre, una moral engañosa, y una vida que nos avergonzará al mirarnos al espejo, por quieras o no, la verdad golpeará una y otra vez por mucho que quiéramos escondernos en nuestro mundo rosa.

1 comentario:

  1. Si... y los 147 ninos asesinados en una escuela de Pakistan? Eso hizo menos noticia que el nuevo Rolls Royce de Cristiano Ronaldo

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