viernes, 17 de junio de 2016

Política para zombis.

 Si una está un poco atento a la política pronto notará como se intenta, ya desde hace muchos, que los mensajes que le lleguen a la población sean cortos, impactantes y vacíos de contenidos. Ese ejemplo lo podemos ver en cualquier campaña política pero con mayor nitidez en el caso de Donald Trump que emite frases cortas, buscando el impacto medíatico y soñando que se haga viral en pocos minutos, promete por ejemplo expulsar de EEUU a extranjeros, pero no dice como, ni cuando, ni que pérdidas siderales podría acarrear una medida de ese tipo. Este simple ejemplo lo podemos trasladar a todos los temas y casi a cualquier país. Los candidatos y los medios de comunicación nos bombardean con frases inmediatas y rotundas, pero ni a uno ni a otros les interesa profundizar. Este sistema dio buenos frutos ya desde los años sesenta en "la cuna de la independencia", un eslogan que de tanto escucharlo hemos aceptado sin chistar, cuando en realidad la democrácia ni nació en USA, ni se perfeccionó allí, y que además tiene un fallo estructural muy adecuado para las clases dirigentes que esperan que en realidad nada cambie. Escuchamos y aceptamos esa democracia a la medida como un ejemplo a seguir, sin embargo, vemos como en la lucha de dos candidatos de un mismo partido por ser el presidenciable, es elegido por los super-delegados del partido que con su voto determina quien representa al partido en las elecciones a presidente. Así vemos como H.Clinton, cuenta con el aval de más apoyos y queda el señor Sanders, aparcado en la cuneta. No se respeta el resultado ni se espera el final de estas campañas. Ya sucedió en otras oportunidades donde descaradamente "los super delegados" apoyaron o abandonaron a un candidato, dependiendo de su postura ante el guión preestablecido.
Los medios de comunciación se convirtieron en poderosas herramientas de poner o sacar candidatos (y gobiernos) mirando atentamente cual de ellos genera más dinero y show. No podemos negar que nosotros los votantes, también en esto nos convertimos en consumidores rápidos de todo y eso les facilita el negocio. Vivimos en un mundo donde las comunicaciones nos contagiaron de su rapidez y su necesario poder de síntesis, enviamos correos apurados, comentarios acelerados, llamadas siempre urgentes y concisas, buscamos soluciones con recetas preparadas y hacemos todo lo posible para no perder el tiempo en pensar.
Lo saben bien los estudiosos de nuestras costumbres, nuestros deseos, nuestras necesidades y miedos, lo saben y negocian con ello.
"Hacen política para zombis", me comentó un amigo, y creo que es verdad.
En España hay un programa de televisión basado, justamente, en demostrarnos como los políticos dan datos falsos sin ruborizarse, aprovechan que estamos apurados y ocupados y que nadie se tomará el trabajo de investigarlos.
Estamos viviendo, quizás,(no sabemos que nos traerá el futuro) la época más brillante de la humanidad para obtener información cierta, pero es tanta la cantidad de ella y está tan vanalizada, tan encajada en el espectáculo, tan efímera, que al final terminamos consumiendo cantidad por calidad y posicionandonos en un bando, o blanco o negro y olvidando los grises. Tal vez por eso se impusieron y siguen vigentes los bipartidismos y seguimos pensando que hay malos y buenos, y claro... nos quedamos con eso...y siempre nos posicionamos con los buenos...¡faltaba más!.
José Trillo Aran.




 












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