miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Como se te quedó la cara?

   Una vez más la justicia española pasa vergüenza, el dictamen sobre el caso Prestige que causó cientos de millones de euros en pérdidas no encontró culpables. Una vez más el mundo se reirá de este país cada vez más tercermundista y bananero. Al final los hilillos de plástilina que vio Rajoy en su momento y que llenaron las costas gallegas "fue obra del destino", y al destino no se le pueden cobrar daños ni se lo puede culpar de las desgracias. Y aunque le parezca apresurado ya le voy avisando que en el accidente del tren de Santiago de Compostela, tampoco habrá culpables, es lo que tiene el destino, siempre es inoportuno y culpable, los muertos y accidentados cobrarán el mínimo de la indemnización legal y....a otra cosa mariposa.
   El mundo nos mira señores ¿y que vé? un país muy pobre con infulas de rico, un país donde la justicia es un trámite legal para que cobren un grupo de abogados por salvaguardar los intereses de las grandes compañías, o mantener la inocencia de gobernantes corruptos o miembros de la monarquía, una justicia que condena con una multa de 300 euros a un campesino gallego por lavar en un rio un cochino que acababa de matar y no encuentra culpables en unos de los desastres ecológicos mas grande en las costas gallegas. Duele decirlo pero somos un país de risa, con pretensiones de moralidad cristiana. Ayer ya fuimos noticia mundial con el asunto de la basura que inunda Madrid, gobernado por una señora que hasta hace poco pretendía obtener para la ciudad los Juegos Olímpicos y ni siquiera puede solucionar este problema tan simple.
   Los gobernantes españoles parecen que aún no entienden que hoy el mundo es uno solo, que las noticias solo necesitan unos minutos para internacionalizarse y que la seriedad de un país influye mucho en el mundo comercial de ese país. La sentencia sobre el derrame de crudo tiene una lectura directa para los simpatizantes de Rajoy que era por aquellos tiempos ministro del interior cuando dijo que eran unos hilillos de plástilina,¿vio? tenía razón, eso no era nada. Que barato sale dañar el medio ambiente, a menos que lo pillen ensuciando un rio con la sangre de un cochino.
¿Nunca mais? pues no...¡habra mais!

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