miércoles, 13 de noviembre de 2013

Madrid apesta.







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    MADRID APESTA

    PERO LA CULPA NO ES DE LOS HUELGUISTAS.

                                      

     



    Me veo en la obligación de escribir este post tras leer a tanto analfabeto funcional, a tanto bobo repetidor de consignas, a tantos que son "la voz de su amo", a tanto IDIOTA sobre el asunto de la huelga de barrenderos de Madrid y la protesta laboral que están desarrollando, muy dignamente, los trabajadores del servicio de limpieza de Madrid.
    La prensa, toda la prensa oficial, da igual que se llame la Sexta, que se llame ABC, que se llame EL PAÍS, ha puesto la maquinaria en marcha, seguramente previo pago o "por orden de", para criminalizar a los trabajadores de limpieza. Leo -y leo con enorme rabia, indignación y asco- los comentarios de gente parada, trabajadores o simplemente "snobs" poniendo a caer de un burro a los trabajadores de la limpieza por tratar de pelear por sus derechos. La maquinaria comienza a dar sus frutos, que para eso está la "prensa libre", libre con quienes puedan pagar los editoriales y las tribunas. Los trabajadores, que bastante tienen con estar perdiendo sus salarios al hacer huelga, evidentemente, no pueden.
    Por eso, desde los espacios de libertad que nos concede, aún, la red, trataremos de hacer lo que los "perros de prensa" no hacen: INFORMAR, EXPLICAR, INSTRUIR... en lugar de intoxicar y criminalizar.
    Lo primero que deberían tener en cuenta esos que tanto ladran contra los trabajadores es que el servicio está PRIVATIZADO. ¿Que significa? Significa que en lugar de tener el Ayuntamiento contratados directamente a los trabajadores, como sucede en otros campos, el Ayuntamiento acuerda una concesión con una empresa privada. Esta concesión, que se puede en todo momento revocar, de no cumplirse el servicio, cuesta un dineral al Ayuntamiento y a los contribuyentes. Por tanto, la responsabilidad ante todo lo que está pasando la tienen la parte contratante y la parte contratada: las empresas concesionarias y el Ayuntamiento. Las primeras por ser las responsables del caos que se está organizando y, para más inri, de estar ganando un dineral con la huelga al no pagar los salarios de los trabajadores por un conflicto generado por ellas. El Ayuntamiento por primar el no dañar a las concesionarias en lugar de hacer valer el poder que tiene de rescindir -manteniendo a los trabajadores- o presionar a las empresas. Ahora veremos las razones de ello y todo se entenderá mejor.
    Las empresas, a las cuáles se les redujo el presupuesto de la concesión, pese a lo cual siguen obteniendo unos jugosos beneficios, quieren trasladar, a lo bestia, ese recorte del 10% del precio de la concesión a las costillas de los debilitados trabajadores puesto que, además, las empresas pujaron a la baja, seguramente, porque ya tenían cálculos para la maniobra. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid proponen algo que ningún colectivo de trabajadores ni ninguna representación de los trabajadores podría aceptar -salvo a riesgo de ser linchado-: unas condiciones leoninas de trabajo.

    Despedir a 1.200 personas, que se sumarán a los ya despedidos anteriormente (en verano, según el Comité de Huelga, unos 300 despidos de gente con contrato temporal)

    Reducción de sueldo de un 41%. Sí, lo han leído bien. De un 41%. Los trabajadores de rango más bajo cobran nóminas que, en neto, no llegan ni a los 1.000 euros, pese a que los medios, criminalizando y ocultando estas razones han difundido sin rectificar el comunicado de las empresas enviado a Europa Press y EFE, donde se indica con un titular tendencioso, "Que los trabajadores pasarán a cobrar los salarios anteriores a la crisis". Cualquiera que lea ese titular lo primero que pensará es "Joder, ¿de qué se quejan?" Pues se quejan de que perderán todas las subidas salariales de varios años, a lo que se suma congelaciones y recortes ya producidos. Un despropósito, que llevaría a secundar una huelga similar a cualquier trabajador, salvo a esos listos que ladran contra los trabajadores en la red porque ellos, tan mansos, están acostumbrados a agachar la cabeza, a tragar con lo que les echen.

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