lunes, 10 de noviembre de 2014

El gatillazo catalán de Rajoy

Dice un refrán: "Nunca te montes en el mismo burro con un idiota" y España se montó junto a Rajoy, aunque en este caso es justo reconocer que don Mariano puede ser muchas cosas, pero idiota no.
Los seguidores de este blog habrán notado que solo una vez opiné sobre el asunto de Cataluña, pues me pareció un entretenimiento utilizado por A. Más para pasar la crisis. Pero el pasotismo de Rajoy le permitió a Mas, ganar tiempo e incentivar el separatismo catalán. Ahora ya no hay nada que solucionar, los catalanes por la independencia "ya ganaron" reforzando la idea de la independencia y eso solo puede ir a más. Si desde el primer día el gobierno hubiese permitido e incluso apoyado un referendum, los catalanes se hubiesen desilusionado del resultado al y hubiesen aparcado esa idea y dejando de lado la política de Mas. Pero la dejadez, las amenazas del uso de la fuerza, y principalmente el haber dejado de lado la política para que el Tribunal Constitucional haga el trabajo que debería hacer el gobierno, fue quizás el peor error. Solo falta que ahora en un arrebato de furia manden detener a Arthur Más, y convertirlo en un héroe de la futura "república catalana". El miedo a la expresión popular por parte del gobierno y esa seguridad que les da el saber que siempre tienen la fuerza como último recurso, hizo que aquello de "mía o de nadie" lo extrapolaran a la política y el "aquí mando yo" les diera una seguridad que los llevó a no hacer nada. Pero los catalanes separatistas ganaron dos años y lograron más adeptos a su causa.
Una vez más nos damos cuenta de lo poco que se respeta la Constitución, una vez más, pues casi a diario se la desprecia, esta vez fue todo un pueblo, que  mas allá de lo que diga la constitución y se le otorgue validez o no, y se llame vinculante o no, referendum o consulta, la gente quiso votar y votó... ¿Y Ahora que hacemos señor Rajoy?
José Trillo Aran
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El gatillazo catalán de Rajoy

09 nov 2014




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Cuando no se tienen claras las ideas sobre el problema catalán, como me ocurre a mí, lo prudente y sensato sería no opinar. Pero ello indicaría por un lado temor y por otro desprecio, amén de cierta irresponsabilidad profesional.
El presidente Rajoy afirmó en repetidas ocasiones que ni la primera ni la segunda consultas convocadas se celebrarían. Para ello acudió al Tribunal Constitucional, que las declaró ilegales. Y sin embargo se han celebrado, reunidas en la de hoy-ayer. De modo que fue una consulta ilegal, que se celebró y que Rajoy se tragó. Diz que en aras de tacto político, pero que ha supuesto un gravísimo incumplimiento, y por tanto delictivo, de su cometido presidencial. Como se repite hasta la fatiga, la ley ha de cumplirse por encima de cualquier consideración por potente que sea. Artur Mas, incumpliendo también la ley, le ha doblado el brazo a Rajoy. Son dos delincuentes, por mucho que aduzcan los valores de la democracia. El primer valor de la democracia es el respeto a la ley establecida. Lo mismo que, como afirma el catalán Javier Cercas, supone un disparate gramatical y un derecho inexistente en el mundo entero el llamado ‘derecho a decidir’.
También afirmó Rajoy que mientras sea presidente, la soberanía nacional, esto es, la unidad de España, estará asegurada. Pues tampoco es verdad. Gracias a su estúpida actitud inmovilista, de hecho esa unidad ya no existe. Es evidente que la gran mayoría de catalanes ya no se sienten españoles y no aceptan la legalidad institucional del Estado. Quieren la independencia, gracias a Rajoy, a las torpes e interesadas promesas de Zapatero, y a las restricciones del Tribunal Constitucional al Estatuto aprobado en el Congreso.
Y se ha llegado a una situación en la que no cabe diálogo. O independencia o sometimiento, y sin medias tintas federalistas propulsadas por el socialismo, pues en la práctica ya existe un autonomismo equiparable a un muy amplio federalismo. Sabiendo que la Constitución imposibilita, por sus exigencias, su reforma. O votan solo los catalanes, según defienden los nacionalistas, o votan todos los españoles, según mantienen quienes creen que el sujeto constituyente es el pueblo español en su conjunto. Con Rajoy ni lo uno ni lo otro. ‘Es innecesario, los españoles no desean una aclaración una solución’. A lo que se ve, el Presidente siempre elige que las cosas se pudran y el rencor sea la norma. Pero este set lo ha perdido. Gran éxito de los catalanes, reafirmados en su lucha. La ley y la política convertidas en basura. Como casi siempre con Rajoy. Lo asombroso es que este trascendental asunto a la gran mayoría de los españoles apenas les interesa. Prefieren, creo yo, que Catalunya siga siendo España, peo tampoco les preocupa en demasía que se independice.
(Perdón por mis dudas y por no ser lo bastante demócrata)
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