jueves, 6 de abril de 2017

No fué un genocidio...fue una "amorosa evangelización cristiana"..

El discurso del presidente de la Corporación de Radio y Televisión Española ha causado rechazo en las redes sociales mexicanas y españolas.
En una conferencia en la Casa de América, José Antonio Sánchez indicó la semana pasada que “lamentar la desaparición del Imperio azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis”.
Todo sucedió cuando Sánchez, citó a la historiadora y antropóloga australiana Inga Clendinnen, autora de Los aztecas. Una interpretación: “Lamentar la desaparición del Imperio azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial”.
Llegó a afirmar que nunca hubo colonización española sino una misión evangelizadora.
Las declaraciones han generado gran rechazo en las redes sociales, tanto en sectores intelectuales y progresistas de España como en toda América Latina.
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Jugando con la ignorancia histórica de muchos españoles, se permiten decir cualquier barbaridad, la conciencia sucia se tapa con cualquier justificación, pero este modo de pensar, no difiere mucho de la de aquellos sucios y malolientes asesinos que iban a la conquista sin ningún reparo y con el fin principal de enriquecerse. Posiblemente, si a este señor de buena ropa actual, lo pudiéramos enviar al siglo XV, el resultado sería el mismo. Según algunas fuentes que estudiaron sobre el tema, en América, contando con el innegable apoyo de portugueses, ingleses y franceses (y posteriores gobiernos locales del mismo pensamiento "humano y evangelizador") se mataron cerca de 90 millones de indígenas. El más grande de los genocidios, justificado, legalizado y ahora ninguneado por personajillos canallescos, que tal vez necesiten tergiversar la historia para poder calmar el peso de peso de conciencia.


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