miércoles, 27 de enero de 2016

Holocausto : La memoria selectiva y el olvido cómplice.

Hoy, una vez más se recuerda al mundo la vergonzosa masacre de los judíos por parte de los nazis.
Una demostración más de las bajezas humanas que no debemos olvidar si queremos ser mejores como seres humanos. Sin intentar la mejoría como personas la raza humana no tiene otro futuro que sucumbir unos contra otros, hasta que solo quede una "raza superior", que por consecuencia lógica también se auto-destruiría. Sin la búsqueda de respeto y convivencia pacífica, no somos más que animales que cumplen su función de victimarios y víctimas, de depredadores o presas, cada cosa a su tiempo, porque hasta al mejor depredador, le llega su tiempo de ser presa.
Una vez más recordamos un hecho desgraciado y aberrante pero haciendo, al mismo tiempo, un ejercicio de hipocresía sin precedentes. Hoy vemos como los descendientes del holocausto tienen encerrados a millones de palestinos en un gran campo de concentración y aunque no los matan en duchas de gas, los destruyen de a poco, porque matar se mata de muchos modos, y la aniquilación puede ser, muy sutil y paciente, programada y disimulada. Controlar la entrada de alimentos, combustibles,medicinas o racionalizar el agua, expulsar de sus tierras y construir sobre ella casas para israelitas y matar a los palestinos "que tienen el descaro de reclamar lo suyo", no permitir la entrada de ayuda internacional ni la salida de palestinos a foros mundiales, como han hecho hace unos días con los dos que pretendían ir al Foro Mundial Social que se desarrolló en Brasil, cuando no dejan que ni siquiera un equipo de fútbol palestino pueda salir a competir, cuando se obliga a vivir a un pueblo en una miseria calculada que los llevará a perder el avance de la educación y la posibilidad de competir en el futuro. Eso también es matar. Además de matarlos del modo tradicional, claro.
El pueblo de Israél nos está demostrando que el haber sufrido no sirve para mejorar, que las víctimas no siempre son mejores que el victimario. Y digo el pueblo de Israél, cuando debería decir una parte del pueblo, al menos la que sigue votando a fulanos de la bajeza de Netanyahu. Al resto, a los pacifistas, a los respetuosos de la vida, a los que creen en una convivencia pacífica, a esos les digo que llevan las de perder, pero que sigan luchando, para no ser cómplices.
A todos esos que hoy dejarán caer una lágrima o ponen un ramo de flores sobre algún monumento les recuerdo que también deben llorar sus lágrimas falsas sobre muchos otros holocaustos olvidados, que son muchos y de mayor magnitud en número de víctimas ¿o nos olvidamos de las grandes matanzas que hicieron los países europeos en África y Ameríca? ¿O el genocidio de Armenios por parte de los otomanos? ¿o las persucuiones y asesinatos en Rusia?.
Hay mucho para recordar y llorar, solo que algunos genocidios se olvidan porque que no tienen el gran apoyo medíatico de los  medios de comunicación pro-Israel.
Hace ya muchos años, cuando yo era un joven vehemente y tirando a loco de atar, en una charla de café, un argentino conocido me acusó de ser "muy pro-palestino" (no tuvo valor para llamarme anti-semita que era lo que en realidad pensaba).
Yo le respondí con un ejemplo:
¿Que pensarias si te imponen un estado israelí en medio de la Argentina y ves que se agranda y se quedan con la provincia de Córdoba y siguen y se quedan con San Luis, y después con La Pampa?. Cuarenta años después se puede ver que la esencia de aquella pregunta sigue vigente, solo por unos pocos años más porque el plan de Israel es a cien años, al llegar ese tiempo ya no existirá Palestina.
Mientras tanto, seguiremos llorando cada 27 de enero.
José Trillo Aran.
Un grupo de romaníes prisioneros, en el campo de concentración de Belzec.| MÁS FOTOS
Gitanos romanies, otros de los olvidados del genocidio.


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