jueves, 10 de marzo de 2016

LOS FRANCESES DIJERON ¡BASTA!

Manifestantes se desplazan a la plaza de la república.



 CIENTOS DE MILES PROTESTAN EN CONTRA DE LA REFORMA LABORAL

Los franceses dijeron basta

Entre 224.000 personas, según el gobierno, y medio millón, según los organizadores, participaron ayer en las 175 manifestaciones en todo el país para clamar en contra de un proyecto de ley que flexibilizaría el despido.
Sindicatos y estudiantes franceses salieron ayer a las calles en todo el país en el primer pulso ciudadano contra la reforma laboral francesa, que coincidió con una huelga en los ferrocarriles y en el transporte metropolitano de París.
Entre 224.000 personas, según el gobierno, y medio millón, según los organizadores, participaron ayer en las 175 manifestaciones en todo el país para clamar en contra de un proyecto de ley que flexibilizaría el despido y que consideran una regresión en los derechos laborales de los trabajadores franceses. La de ayer fue la primera manifestación de una serie de cuatro movilizaciones nacionales y una huelga general contra el proyecto socialista.
El movimiento contestatario tuvo en la parisina plaza de la República su punto principal de encuentro, donde el integrante del Partido Obrero Independiente Lévi Neldo aseguró que buscan “el retiro sin condiciones del proyecto de ley y la preservación del código laboral, centro de todos los logros de los trabajadores en Francia”.
Pancartas en favor de “trabajar menos para trabajar todos” y en contra del presidente, François Hollande –a quien acusan de hacer lo que su predecesor y actual jefe de la oposición, el conservador Nicolas Sarkozy, “no se atrevió”–, reforzaron la reivindicación de los manifestantes.
Para Interior, entre 27.000 y 29.000 personas se unieron a la manifestación de París, cifra que los sindicatos elevaron a 100.000.
Más allá de las cifras de manifestantes, a poco de empezar su quinto y último año en el poder Hollande, junto al primer ministro, Manuel Valls, se ven confrontados por primera vez en la calle por gente de izquierda, recordaron ayer los medios franceses.
Un movimiento que llevó a Hollande a intentar “desminar” el terreno al asegurar que se puede evitar la ruptura y subrayar que “hay que dejar tiempo a la discusión” porque “ya llegará la hora de la decisión”.
Esta primera manifestación es simbólica también por el peso que puedan tomar las siguientes, que podrían revivir las que en 2006 acabaron con el Contrato de Primer Empleo (CPE), medida estrella del plan del gobierno del entonces premier Dominique de Villepin contra el desempleo de los jóvenes.
El texto contestado ayer, según el secretario general de Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, instaura “una lógica liberal” y se inspira en la reforma laboral española, mientras que Hollande defiende que Francia no copia “a otros europeos”, sino que “hace lo que tiene que hacer” para preservar su modelo social al tiempo que lo adapta.
El texto será presentado en el Consejo de Ministros el 24 de marzo y no deroga las 35 horas semanales, pero flexibiliza el tiempo de trabajo y, según los críticos, las dinamita de facto con “innumerables” posibilidades para superarlas sin penalizaciones. El plan rebaja los topes en la indemnización por despido improcedente y clarifica las reglas del despido por causas económicas. Para sus detractores, amplía y facilita las posibilidades de las empresas para recurrir a ese dispositivo a la hora de desembarazarse de empleados.
Frente al sector disidente socialista, que pide su reescritura, el ex presidente Sarkozy apuntó que hasta que no se conozca su versión definitiva no va a adelantar la postura de su grupo en la votación parlamentaria.
Pese a todo, mostró poca confianza en su impacto: “En el mejor de los casos, habrá habido mucho ruido y pocas nueces. En el peor, provocará un retroceso general”, afirmó el político conservador al diario Le Monde, donde aprovechó para denunciar que Hollande “paga las mentiras de su campaña de 2012”.
El proyecto llegará a la Asamblea Nacional (Diputados) y al Senado en abril y mayo, respectivamente, y la protesta de ayer no fue más que un preludio de la gran manifestación y huelga general convocadas para el 31 de marzo y de la prevista este sábado para presionar al gobierno durante las rondas de concertación.
Detrás de la convocatoria de ayer y de la del 31 están siete sindicatos que reclaman su retirada completa (CGT, FO, FSU, Solidarios, UNEF, UNL y FIDL), mientras que la del sábado la promueven CFDT, CFE, CGC, CFTC, Unsa y la Federación de Estudiantes Fage, partidarios de su reforma.
Los jóvenes fueron ayer en gran parte protagonistas de las protestas, con una presencia destacada que según esta estudiante se debe a su conciencia ciudadana. Al finalizar la movilización parisina, el sindicato estudiantil UNEF anunció su convocatoria a una nueva marcha contra la reforma laboral para el jueves 17 de marzo.
En su jornada de huelga paralela, los trabajadores de la red nacional de trenes SNCF reclamaron aumentos de sueldos y pensiones, con un servicio de emergencia que durará hasta mañana y que ha obligado entre otros a la supresión de numerosos trayectos. La convocatoria prácticamente paralizó el tráfico ferroviario, especialmente en la región parisina.

1 comentario:

  1. Buenas,,abuelo,,,,
    Eso si que es un pueblo y sindicatos unido,,,,y no lo que se ve en España,,que son solamente marionetas,,,,un saludo

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