lunes, 9 de septiembre de 2013

La imagen de España en el exterior.

   Hace ya dos años que en este blog vengo recalcando la mala política exterior de España y la pobre imagen que damos en el mundo, algo que parece que ningún político quiere aceptar, o peor aún, no sabe apreciar. El fracaso de la candidatura de Madrid para los juegos olímpicos no es una casualidad ni un hecho aislado. La imagen que da España en el mundo no es buena porque sus políticos parece que no se avispan que estamos en un mundo global y que todos se enteran de todo y en cambio ellos gobiernan pensando que todo queda entre los límites fronterizos. En el mundo del deporte todos saben lo amañado de la "operación Puerto", un caso mal llevado y donde no apareció ningún culpable, comenzando por la afiliada al PP, la corredora Marta Dominguez. Pero quizás el daño mayor sea la corrupción del partido que gobierna, a unos, esto les hace abrir la boca de espanto, y otros que nos quieren menos se ríen sin reparos. El ganador de una candidatura no se designa por los discursos televisados, eso es para el consumo de los televidentes mundiales, pero no para determinar nada ni volcar la balanza en caso de dudas, pero ni siquiera en este caso estuvieron acertados, se repitió una y otra vez aquello de que estaba "todo hecho en un 80%" y para colmo de males Ana Botella dijo en uno de sus respuestas."haremos unos juegos diferentes, basados en la austeridad" ¿que es esto? unir lo diferente con la austeridad, a mi me asusta, no pega, no ilusiona, no se puede entender lo diferente con algo reglamentado para todos y menos si va unido a la palabra austeridad ¿le daríamos a los atletas agua del grifo en lugar de envasada?, ni que hablar de la pobreza de los discursos, carentes de ilusión y de promesas de hacer algo "a lo grande", hasta el príncipe metió la pata, uniendo en una frase a sus "dos hijas y un futuro mejor", que un príncipe intente ganar el corazón a modo de sensiblería digna de un culebrón venezolano, lo menos que causa en quien lo escucha es un insulto silenciado por la buena educación y el respeto a la ceremonia. Pero la falta de motivación hacia los que escuchábamos creo que tuvo su punto máximo cuando Ana Botella, se refirió a los "café con leches de Madrid", todo un motivo para distinguirnos del mundo y decirle de paso a los otros ciudadanos del mundo que los cafés con leche de sus países no sirven para nada, que la exclusividad está en Madrid...¡que no sabremos de otras cosas pero de cafés con leche!...je..je..
Entre otras cosas para el público mundial, a los discursos de nuestros representantes les faltó ilusión, eso si, fueron muy divertidos, es más, causaron hasta risa, como logró la alcaldesa con su discurso en un ingles de escuela primaria.
Pero el problema no pasó por ahí, este tipo de eventos son grandes negocios que se mueven en los círculos de la política mundial, y ahí, lamentablemente no somos nadie.

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