lunes, 21 de enero de 2013

Los sabios de la teoría...

   Nunca la humanidad tuvo, como ahora, tanta información disponible como tenemos con la irrupción del internet en nuestras vidas, lo que nos permite acceder a una información tan inmensa que no nos alcanzaría varias vidas para leerla, y a su vez, nos hace llegar a otras personas sin mayor esfuerzo, lo que visto de manera responsable, asusta. Compruebo a diario desde este modesto blog, la cantidad de  personas, lejanas en la distancia y las vivencias, a las que de alguna manera puedo llegar, personas que están viviendo realidades muy distintas y que no se quienes son realmente, desde una celda un pederasta  puede compartir mi mundo y apoyándose en internet, puede buscar datos para contarme un historia fantástica y hacerme creer una realidad que no existe, una persona discapacitada que pasa su vida en una silla de ruedas, me puede contar sobre las largas caminatas que hace a orillas del mar y yo puedo compartir el aroma a yodo y juntar en mis manos la espuma blanca y sentir el viento sobre mi piel y disfrutar del masaje agradable de la arena mojada en la planta de mis pies, cosa que puedo disfrutar porque en algún momento e sentido esa experiencia de un modo real. Pero internet tiene muchos contras y defectos, entre otras cosas, está creando una nueva raza de sabios, que podríamos llamar "los sabios de la Wikipedia", personas que no necesitan haber vivido nada, con solo buscar datos en este monumental diccionario ya tienen suficiente para dar opiniones y ser expertos en lo que haga falta, son de alguna manera como esos turistas que llevan a cuestas un diccionario bilingüe y van por el mundo dominando los idiomas que necesitan para moverse y superar las más elementales necesidades de comunicación, pero no saben el idioma, ni sus variantes, ni sus giros idiomaticos, ni sus barbarismos, ni manejan acepciones que lo cambian todo, este ejemplo me sucede a menudo con el idioma español, aun hoy, después de hablar y leer durante toda mi vida este idioma, descubro que casi a diario tengo que recurrir al diccionario.
    Este nuevo tipo de personas maneja la información mundial y creen lo que leen, sostienen con ello una sabiduría que los eleva y de algún modo los tranquiliza, sin embargo no piensan cual es el motivo y mucho menos quien da esa información. Yo pertenecí durante mucho tiempo a una prestigiosa ONG, dí lo mejor de mí, o al menos es lo que intenté, hasta que un día descubrí cual era el motivo de tanta bondad y preocupación, o sea, me usaron como a un tonto para fomentar sus intereses. Hoy ya no se puede parar el caudal de información, pero si se puede seguir engañando con los verdaderos motivos, se puede contrarrestar una información con otra, para ello se recurre a todo lo que sirva, incluso a grandes científicos, expertos, jerarquizas personalidades, políticos, curas, ONG, que se venden como putas en este mercado del "conocimiento" y la información. Y en esa trampa caemos todos.
   Cada vez hay más gente sabia en las múltiples teorías de la vida, pero solo en eso, en la teoría.
   En las reuniones familiares, mi madre solía recordar lo muy terco que yo era de niño, y ponía de ejemplo, como me quemé el dedo con la llama de la vela, algo que muchos niños hicieron en su momento, ¡te vas a quemar!...mira que duele ¡no lo hagas! y yo lo hice, intenté aguantar el dolor todo lo que pude, pero mi madre tenía razón..."si duele" pensé. Este ejemplo tan simple nos puede llevar a pensar que el dolor hay que sentirlo, para entender luego la explicación científica que se puede leer y darle el valor real que tiene.
    Estamos viviendo cada día más una vida " teórica", que nos llena de sabiduría y nos permite opinar sobre todo lo queramos, pero es una vida virtual, porque nos falta cada día mas la experiencia de saber como duele la yema del dedo puesta sobre la llama.
   

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