domingo, 27 de enero de 2013

"Yo soy toro en mi rodeo...

     y torazo en rodeo ajeno" dice el Martin Fierro, algo que me lleva a pensar en algunas personas que no saliendo nunca de su lugar se van labrando una posición dentro del entramado del pueblo o la ciudad donde se movieron durante muchos años. Esa constancia de asentamiento lugareño en principio les genera algunas ventajas, se van integrando en el lado conveniente y como es lógico pensar, obtienen algunos beneficios del circulo social, si a eso le agregamos la pertenencia a un club, o a una iglesia, ya tienen la gran parte de la vida solucionada, pero esto tiene algunos inconvenientes que ellos, tal vez, nunca se planteen ya que piensan y actúan al uso y costumbres, que suelen interpretar como lo único valido, por lo tanto nunca necesitaran salir a buscar otras experiencias, a conocer otras culturas, o intercambiar otras formas de pensar. Esto que en principio sería solo una elección de lugar y estilo de vida, suele terminar haciendo daño. Una persona que no sale de su entorno termina aceptando como buenas "las reglas" inculcadas y termina prefiriendo "lo malo conocido por...", sin percibir que suelen terminar en la endógamia, la exclusión de lo extraño, y es muy común que el clasismo y el racismo los termine atrapando. Cada lugar tiene sus leyes establecidas en base a su propio interés y para defender sus posesiones, termina creando enemigos ficticios, o no, con todo lo externo. Este enconchamiento protector, va moldeando personas mediocres, personas que difícilmente puedan aceptar cambios o modelos diferentes, seres que terminan irremediablemente siendo conservadoras, ya que al haber vivido siempre en un lugar seguramente acomodaron sus necesidades en ese entorno y como lo básico esta cubierto ¿para que cambiar nada?.
   En un entorno seguro las personas suelen parecer lo que no son, pueden parecer "toros en su rodeo" "personas seguras" y para completar el ejemplo podemos decir que son de ese tipo de gente "que se las sabe todas", esa es la imagen que dan, aunque su seguridad esté basada en un protectorado familiar y social que solo exige seguir igual que sus antepasados, lo que es muy cómodo y práctico ya que nunca tendrán que partir de cero sin ayudas, y evitando un entorno hostil...¡y ahí aparecen los toros de verdad! cuando se decide salir del entorno, del paraguas familiar o social, cuando se decide emigrar, en cualquiera de sus formas. Eso es duro, y esto no es para cualquiera.
   Hace unos años me encontré en Mar del Plata con un hombre al que nunca le hice daño, ni siquiera tuve tiempo para ello, porque apenas lo había visto en los últimos treinta años y él era apenas un joven de quince años y como yo ya rondaba los treinta, no teníamos ni mucho ni poco para compartir, ni temas comunes de los que hablar, de hecho nunca en la vida nos sentamos frente a frente a conversar como suele decirse, de hombre a hombre. Al verlo lo saludé con cariño y casi al momento me arrepentí de ello, noté un recibimiento frío, socialmente correcto, pero distante. A quien le haya pasado sabrá entenderme sobre esa sensación que a uno le hace pensar ¿y a este que le hice?...
   El encuentro fue corto y me fui preocupado, revolviendo en la memoria, por si había algo que no recordaba, busqué y rebusqué si alguna vez había sido incorrecto con él... ¡y nada!, ni un si ni un no, el pasado estaba limpio y mis recuerdos solo reconocían momentos normales, de "buena onda", como dicen por allá.
   Días después, café por medio conversando con un amigo de los de verdad, le comenté lo que me preocupaba desde hacía días.
   - No busqués nada...es un mediocre total, parece un tipo seguro pero es un nabo...-
   - Pero aún los nabos tienen sentido de la realidad, saben distinguir lo bueno de lo malo...-
   - Gallego ¡no busqués donde no hay! te fuiste del barrio, del país, te hiciste ateo, te alejaste de la familia y de los amigos de toda la vida ¿que querés?-
   - Pero me fui porque quise, me alejé porque quería conocer, ver otras cosas, hacer mi vida de otra manera...
   - Gallego, ¿vos te crees que los integristas solo son los musulmanes?, analizá a la gente sin sentimientos ni recuerdos de tiempos pasados...¿sabés que aprendí cuando emigré?¡que no servía para esa jugada!, que hay que dejar demasiadas seguridades aunque sean falsas, ¿sabes de que me di cuenta? que acá la tenía más fácil, los viejos me apoyaron en todo, tengo el negocio gracias a ellos, vivo en la casa de ellos, los chicos van a la misma escuela que fui yo, soy fanático de Peñarol y cuando ganamos un campeonato ¡soy feliz... gallego!, pero yo no soy un cuadrado, tal vez sea un cobarde, pero nunca voy a odiarte, porque hiciste lo que yo no hice...esa es la diferencia.-
   -Pero yo hice mi vida, no me fui dando un portazo, ni insultando a los amigos, o a la familia o al país...- dije a modo de disculpa, como si tuviera algo porque disculparme.
   -Gallego...hay gente que odia a los que emigraron, unos porque no tienen huevos de emigrar, otros lo toman como una traición al país, otros porque si renuncias a la religión sos un musulman, otros porque nunca se quieren enterar de que como pensás, de como sos realmente, les basta con lo que alguien les contó...lo vas entiendo ¿o necesitás más?.
   - Para saber quien soy solo basta con hablar mirándonos a los ojos y preguntarme.-
   - Gallego, ¡no aprendiste nada! ¿te acordás de aquello que dijo ese político..."o estás conmigo o estás sinmigo"...¿como se llamaba?...-
   - Herminio Iglesias.-
   - ¡Ese!...¡vaya joyita!-
Aún le sigo dando vueltas a todo aquello, sigo sin entender porque la libertad individual es pecaminosa, porque no se puede querer a los que piensan diferente o pretenden hacer de su vida lo que creen que es lo correcto. Sigo sin entender porque a la gente le cuesta tanto sentarse frente a frente y conversar mirándose a los ojos, porque seguimos juzgando al reo sin la oportunidad de la defensa, porque alejarse significa olvidar, porque el diferente tiene que ser malo, ¿por qué? ¿por qué? cuantos porque rondan por mi cabeza, tantos ¿por qué? y tal vez todo resuma en esa proclama que me recordó mi amigo..."o estas conmigo o esta sinmigo" que puede ser un barbarismo idiomático, pero para algunos es una verdad incuestionable.
Habrá que seguir, yo con mis preguntas y otros con sus respuestas.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario