martes, 27 de noviembre de 2012

¿Que has hecho hoy por ser mejor?

El titulo se acomoda a todos los pelajes, cada uno lo va a encarar para el lado que mejor le cuadre, dependiendo si mira para dentro o para afuera, para arriba, para abajo, para el costado o para cualquier lado, o si lo que interpreta como mejorar lo deriva a progresos monetarios, laborales, sexuales, políticos o cualquier otra aspiración que requiera reafirmar aquello de "ya soy mejor", y así así el camello que ayer vendió droga a veinte clientes y hoy ya lo hizo a treinta se siente mejor. Depende de donde se apunte y como dice la canción "depende...todo depende" y ya que estoy recordando canciones me acuerdo de aquella de Ruben Blades..."la vida te da sorpresas... sorpresas te da la vida" y por mucho que uno se empeñe en acumular triunfos en cualquiera de las muchos y variantes aspectos, por cuales transcurrimos a lo largo de la vida, hay uno que no nos perdona, ni nos abandona nunca.
    LA COBARDÍA.
La cobardía tiene muchas ocasiones de enfrentamiento con nosotros mismos, en lugares y momentos más inesperados se presenta a darnos batalla, y nosotros pobres mortales, tenemos solo dos armas para combatirla.
    DECISIÓN Y VALENTÍA, ¡nada más ni nada menos! y ante esto arrugan los más pintados, los más arrogantes, los más preparados y los más de lo más, que no dejan de pecar de cobardes en algún momento de la vida. Puedo parecer engreído, si aseguro que de esta no se escapa nadie, pero hay cobardías menos penosas que otras, que incluso con el tiempo, uno las puede disfrazar o comprender y seguir adelante en la vida con cierta dignidad, pero hay una cobardía que nos dará guerra hasta el final, y no voy a escribir sobre situaciones de vida o muerte, o de grandes vergüenzas, no, eso es para otro día, hoy solo me voy a referir sobre una cobardía poco comentada, de las simples, de las de andar por casa, pero que te castigan duro.
Dejar pasar un amor, porque no conviene a la vista de un proyecto de vida social, o que no es bien visto por el resto, o porque en lo económico puede ser un fracaso, o por otros motivos ajenos a nuestros sentimientos es una aparente pequeña cobardía que seguramente el tiempo remediará.
Pero el tiempo no lo arregla, cada día frente al espejo puede aparecer aquel amor que no fue con su insistente y agotadora pregunta de... ¿como hubiese sido mi vida a su lado?. Entonces, por puro consuelo de supervivencia, nos inventamos respuestas que nos consuelen, y por un rato sentimos que apartamos el fantasma de aquella cobardía, pero no desaparece, solo se va por un rato.

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